Tiempos del incendio es el título que lleva la novela del venezolano José Roberto Duque, editada por el Perro y la rana en el año 2014. Perteneciente a la colección Páginas Venezolanas/ Serie Contemporáneos, se destaca por abordar uno de los hechos más álgidos y tristes de la historia político-social de la Venezuela del siglo XX: el denominado Caracazo.
En este sentido, valiéndose de sucesos reales y ficticios, Duque introduce a una serie de personajes en los distintos acontecimientos que poco tiempo después desembocarían en esa confrontación que también se conoce como el Sacudón. Ángel, Óscar, Leonardo, Mariale, Roselino, José Alfredo, Mauricio, entre otros, son los personajes que van desarrollando la historia. Cada uno va relatando las diferentes acciones en las cuales se vio involucrado; de este modo, el lector está frente a una misma situación vista desde diferentes ángulos. En cierta forma, cada uno de estos personajes se convierte en una pieza del rompecabezas; poco a poco cada disertación va uniéndose con la anterior hasta crear una imagen completa.
No es necesario detenerse a establecer qué tan apegado a la realidad están los datos presentados en la obra, sobre todo porque el mismo Duque se protege contra ese afán al afirmar que en su historia predomina más la ficción que la realidad. Sin embargo, esto no impide que se nos muestre un poco de la crueldad de los cuerpos policiales al intentar reprimir las acciones ejecutadas por los grupos contrarios al régimen, así como el pensamiento de un número considerable de jóvenes que, como los ficticios, dejaron a un lado sus comodidades y arriesgaron sus vidas por un ideal que, si bien estuvo más consistente en unos que en otros, no deja ser admirable.
La novela fluye con naturalidad, y la expresión común y sincera de los personajes despierta una que otra carcajada en el lector. No obstante, pese al hecho que desarrolla y la forma cómo lo muestra, la novela da la impresión de que aún le falta algo para estar completa.
Si bien el interrogatorio de Mariana se convierte en el pretexto para que Ángel, Óscar y Leonardo comiencen a contar cómo fue su participación en la distintas revueltas, el desarrollo de Mariana como personaje unificador no termina de convencer; lamentablemente su rol queda expuesto, y a medias, cuando en la segunda parte de la obra aparecen Héctor y Miriam, los padres de Jaurena.
Desafortunadamente, las expectativas y las interrogantes creadas en el transcurso de la lectura no logran ser satisfechas al final de la misma; más bien esa deuda deja la impresión de que después de todo el viaje, la novela no es más que un texto panfletario. Pero no me creas a mí, saca tu propia conclusión aquí.
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