El cielo nocturno se inunda de psilocibina. Llueven estrellas, una se estrella y me conecta a la tierra.
La sinestesia presente me hace viajar en colores: al pasado de mi infancia, al futuro del olor extasiante de setas empapadas por la lluvia valdiviana.
Al pasado distante de ser hifa en la rizosfera, al futuro alterno de ser nutriente para ellos y en su atmósfera… fluir y reencarnarme en polvo, quizás en bacteria, ojalá en algún hongo.
OPINIONES Y COMENTARIOS