Propagandista de fin de semana. 
La búsqueda incesante de confort es encontrar una canción que me haga llorar sin vergüenza.
Recae el sensacionalismo del encierro con mi sonrisa forjada. Me encuentro cubierta de algodón y agua salada.
Me mortifico en una escritura que no es la mía, todavía no entiendo porque dejé de hablar en primera persona ¿Alguna vez lo hice?
Pero que complicado se hace decir lo oculto sin publicidades, es que el contador no da abasto con las culpas que cargo y ya va ser domingo.
Lo reprimido esta entre los dientes, es lo que refleja el espejo pero también lo que dicta la sombra de mi cuello.
14 viernes quedan para que sea Navidad ¿Ya sabes lo que le vas a pedir a Papa Noel?
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