LO SÉ…

Eres mi diccionario, empezando desde un “te quiero” hasta un zas zas y te me comiste la vida, porque a ti negarte algo es un pecado, porqué, entonces de mi vocabulario, te robaste palabras, “Odio, cenizas o quebrar” si, ya se, que cuando las digo haces mala cara, pero como podía olvidar un… (Odio) hasta el aire que nos separa, O un… de todo ello solo quedan (Cenizas), Incluso un… veamos una película, estoy (Quebrada) y tengo que pagar facturas. ahora ya no estas, digo, y me enorgullezco de gritar, que ya no me “Odio” ahora “ODIO” el queso y también las remolachas; ahora no hay más “Cenizas” que las de mi madre, si fuera polvo, volaría; aunque me duele sigo “Quebrada”, sigo endeudándome con la suerte y que crees, creo que tengo todas las de ganar. Que creías, que diría algo como ¡Odio! Tus mentiras, tu ausencia, o extraño verte; ¡NO! O dejé en el sofá de las “Cenizas” la tristeza que me produjo que te fueras, perderte, no, perderte ¿Cómo?; O ahora sí, me “Quebré” la cabeza intentando entender, ¿Por qué tan de repente?

¡NO! ¡No! Y ¡no! Ya no digo esas palabras, porque ya no estas para dedicarte nada.

Hoy limpiaba un poco y encontré un diccionario… y ¿sabes qué? Me reí tanto, de lo idiota, que puede llegar a ser una persona, dejándose tan de lado, luchando por causas perdidas; (no digo que tú y yo seamos eso) pero sabes, después de que te fuiste creí que me iba a morir, que sin ti no tendría nada… jajaja… la cama no se siente tan vacía, recogí un cachorro, aun después de que me prometí no volver a hacerlo, cuando “mi vida” murió; deteste tanto mis sentimientos tan fuertes hacia los animales, cuando ella murió, jure que jamás me haría ese mal, entonces te conocí, pero no eras ella, me canse de buscarla, en ti, como era eso posible, un perro en un humano… aunque hasta cierto punto se parecen, sabes, la vi, la vi hoy, cuando salí, vi sus ojos azules noche, y su pelaje negro, y vi que a pesar de todo a ti también te amé, aunque no lo creas, no te digo esto, porque me sienta melancólica, ni para que vuelvas conmigo, no, si la vieras me entenderías, es su vivo retrato, ahora está en mi cama, y al verla allí, se me movió todo, se me movió el alma, sabes que no soy de cursilerías, pero enserio, sentí que ella estaba aquí; quisiera pedirte perdón, porque incluso en esta, nuestra última llamada después de estar tres años juntos, sigo nombrándola a ella; me propuse, escribir de ti, te digo que es cierto, pero sabes, no creo poder llegar a amar a alguien como la ame a ella, sigue arraigada en mi pecho, en todo lo que veo y hago, incluso en mis efímeras plegarias a Dios. Aun le pido que la proteja, que, ni siquiera en el más allá permita que sufra de algo, que espero que este en el cielo, y que me gustaría volver a verla; sabes que la quise más de lo posible, como lo decía “era las ganas de vivir que yo no tengo” sé que cuando murió, nos distanciamos, y que renegué tanto de seguir “viva”, pero sin ella, sé que eras mi mejor amigo, que merecías más que la distancia, que incluso intentaste llenar mi vida, pero… perdona que se me quiebre la vos, esta vez no estoy llorando… intente olvidarla pero después de casi diez años viendo sus ojos y su cuerpo, lo descarada e inconsciente que era. Ya sé que era mi culpa, que nunca la corregí, pero todo eso la hacía ser ella, lo simpática que era cuando se estiraba en la cama frente a la ventana, justo donde entraba el sol, o como me cuestionaba cuando quería moverla de la mitad de la cama en medio de la noche, o como me miraba cuando no estaba satisfecha con su comida, como echándome en cara que me bendecía con su presencia, que debía premiarla. Como me fundía en su pelaje negro y me distraía con los lunares de su lengua, ya lo sé, ¿sabes?, cuando cierro los ojos siento su presencia; así como la sentía cuando estaba acá. Quise enfocar en ti mis tristezas y alegrías, pero ya lo sabes, solo soy una niña negativa; por supuesto que lo sabes, te lo advertí siempre, te dije, que esa cachorra se llevó mis ganas de vivir, porque no eran mías, ella las era, y ella se ha ido, sabes que ni yo entiendo como ame tanto a un animal, esa cachorra, era mi vida, mi alegría, ella lo era, Dios la envió para que viviera, y no me importa que nadie entienda lo que siento por ella, por eso rara vez aclaro que escribo de ella, los lectores creen que hablo de una mujer, pero sería imperfecta si así fuera, era la perfecta creación de Dios, un animal, que jamás me dio mayor tristeza que la de su muerte; la amaba tal cual era, sé que nací para amarla, aun lo hago; no nací para amar humanos, ni para romperme la cabeza intentando unir las piezas que ahora son cenizas, solo para odiarlos, repudiarlos, por todo el daño que le han hecho a este planeta y a la creación misma; la vi hoy y todos los días, en todo, en la vida, seguiré haciéndolo; quería decirte algo bueno, algo bonito, para que no te vayas con el sinsabor, de que no te amé como a ella; te doy las gracias por todo y te deseo lo mejor, talvez encuentres alguien que te quiera como yo a ella, a ver si era así de fácil, querer a otro con la misma fuerza.

Gracias Dios por permitirme sacar estas palabras de mi alma, por poner en mi camino a cada persona, que ha llegado, también a las que se han ido, te doy infinitas gracias por permitirme conocerla, la pongo en tus manos, a mi ángel, gracias Dios, por las alegrías y las penas que he vivido, te pido descansar esta noche, te pido descansar eternamente, ya sabes que no me rindo, también hoy te ruego que me otorgues el sueño eterno. Amén

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