Tú me recuerdas a esa palabra ¿Cómo era? Solsticio, si a esa que, al atardecer como tú, abandona de luz mi vida, como una larga pesadilla que no se olvida al despertar.
Eras, ¡no! Eres, si porque, aunque el verbo cambie tu no, tu no, porque no eres pasajera, eres sempiterna; como sería el sol, si de el recordara algo más que el sonido de su palabra.
Sol, si sol, pero solo una palabra, porque sol no ilumina, sol no traga, como tú mis penas, como pues resumirte, si te dedique el diccionario, pero no te hizo justicia, quedo en ruinas, y pues entonces empecé a inventarte palabras.
Porque lo eres todo, perdón si sigo nombrándote en presente, es que aún no acepto que seas pasado, porque para mí, estas tan viva, como la palabra vivo, y sigues aquí porque, entonces porque hay tantas palabras en mi cabeza.
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