La
distancia era tan irrelevante que al final son solos cuerpos vacíos
en busca de espacios entre la utopía y la inconmensurable oscuridad
de dos cuerpos”

La
conocí en la oscuridad de un bar a media noche, estaba rodeado de
estragos y de botellas rotas. Sabia que la tempestad de este corazón
que lleva con dagas y galaxias a mi alma

había
sido demasiado constante, el mundo desvanecido y algún loco gritando
“Donde esta la conciencia”.

Suspiraba
aquel silencio tan profundo pero…alguna vez debía jugar a mi favor
esta suerte huérfana.

Son
las doce y media y aun mi corazón seguía latiendo…

el
cielo y las estrellas se asemejaban a ella y es inoportuno no hablar
de la noche, la niebla, algunos arbustos y luciérnagas adornaban un
interminable amanecer.

Mi
padre disuelto en la lejania del occidente, Mi madre tan cerca de
mi, que aun lejos podria sentirla,Que ironico vivir una noche y morir
en medio de ella.

ella
entro donde los estragos se paralizaban ante su inquebrantable
figura, las voces, los cantos y los llantos se adornaban en ella como
una prenda más.

Sus
ojos tenian la ruptura de la luna en medio de una hambruna, puedo
saber que el amor aun no ha muerto, a pesar que he dormido en otras
mentes para escapar de tus lamentos

¿
Acaso es esta una pesadilla ? O tan solo es esa noche que se vuelve
maligna ante este ser.

Sus
labios, su sonrisa y esa forma en la que me hechiza. Desde ahí soy
un imigrante de los cuerpos vacíos, porque de alguna manera se que
buscan consuelo en mío.

Ella
por primera esta disuelta en la soledad de alguna presencia,
estabamos todos tristes.

Le
miro su cabello con disimulo, le digo

  • Chica
    tienes clase, creo que podría enamorarme…pero, es esa hora en la
    que los poetas estan dormidos y he dejado a señor simpatia
    encerrado en casa bajo llave.

    Que
    misterio tan cautivador ella tenía con un solo parpadeo jure
    quererla toda la vida, estabamos en el tren de las cosas perdidas y
    nos quedamos de ver en la estación de las cosas que al pasar la
    noche se olvidan.

  • Chica
    estamos en medio de la ciudad a media noche y lo único que nos salva
    es este reproche.

  • Chico,
    estamos a mitad del mundo y se nos ha olvidado que iremos al
    infierno

    La
    vida y sus derivadas fatigas en cautividad, y yo aun esclavo de mi
    libertad, tantos sueños rotos y tantos rostros equívocos.

    Y
    ahora quien sabe, si la tempestad de esta sombría fantasía llegara a
    nuestro cuerpo o se quedara como una pora en el cielo.

    Las
    nubes, las aves y alguna bicicleta en completa soledad en aquel
    estruendo que nos llevaba a alguna obra celebre del siglo pasado

Aquí
de nuevo, asomados a este precipicio el bosque la arena y el aire

sus
manos, su aroma y su sonrisa eran la vez en que sentí morir.

La
tuve no precisamente pero su corazón lo quería mas que otra cosa

pero,
deseamos lo que nunca tenemos, y tan solo quiero morir lentamente,
sin ningún obstáculo.

Por
ahora búscame en todos tus recuerdos ahí me hallaras perfectamente
cuerdo y estable

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