Donde estan?

Donde estan?

Lord Moka

05/09/2020

Con un vaso de café negro en la mano porque sabe que para hacer su trabajo es necesario estar bien despierto, llego el investigador al lugar de los hechos a las 11 de la mañana de un día cualquiera, lo único peculiar del día era que se le hubiera pedido trabajar el caso siendo que él es un investigador en el turno nocturno y hasta llegar al sitio eso era lo más extraño.

En este lugar, un parque cerrado en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, se reporta que fueron encontrados 400 cuerpos en avanzado estado de descomposición sobre el césped, dispersos por todo el parque sin huellas de arrastre, sin reporte de ninguna entrada al recinto ni de movimiento sospechoso alguno la noche anterior, el velador del turno nocturno está desaparecido, se supo de el por última vez la madrugada del mismo día a las 4:30 am lo cual es constatado por el supervisor del turno quien paso a hacer su revisión de rutina al lugar sin reportar nada extraño, el supervisor se encuentra en custodia rindiendo su declaración, el hallazgo fue reportado por el guardia de seguridad del turno matutino quien al llegar a relevar a su compañero a las 6 de la mañana, noto la presencia de los cadáveres y dio aviso a la policía; está también en custodia.

Los cuerpos presentan características de haber estado varios días en agua salada, esto lo asegura el médico legista que hace la inspección, no hay forma precisa de saber cuánto tiempo ha pasado desde la defunción, pero se estima que 4 a 5 días, los servicios periciales no han podido descifrar con exactitud la manera en que los cuerpos fueron traídos al lugar, el parque está en un área residencial cerrada y ni los guardias de acceso ni las cámaras de las diferentes puertas muestran movimiento durante la noche, al menos no más que el de rutina.

Luego de la entrevista con el médico legista, el investigador se reúne con los peritos para escuchar sus teorías con respecto al acceso de los cadáveres. -Pues haga de cuenta que aquí nacieron mi Lic.- fue la respuesta de un perito mientras se rascaba la cabeza. Ya habían revisado las puertas y las paredes, la barda perimetral es de concreto y fácil soporta el peso de una persona, ya la recorrieron varios oficiales y peritos y no hay huella alguna de que hayan pasado por ahí los cadáveres. Nada tenía sentido, lo único que parecía tendría algo de futuro para la investigación seria encontrar al velador, ya para esta hora se había revisado su domicilio y nada, nadie lo vio llegar ni salir, no era un hombre sociable, no hay información de familiares ni amistades, -estos días todo está en la red- pensaba el licenciado, pero no hay aparatos electrónicos con esa capacidad en el domicilio, su teléfono debe estar con él, es la conjetura del investigador. Mientras proceden los trabajos periciales: medidas, fotos, toma de muestras, anotaciones de las características distinguibles de cada cadáver y demás, al licenciado se le informa que la orden de que se encargue el en específico del caso ha llegado desde muy alto en las escalas de mando, más allá del estado tal vez, cosa que no es en nada usual y que abre más preguntas de las que cierra. El trabajo continuo durante la noche, los pocos reporteros que se apersonaron se fueron y no hay cámaras de televisión lo cual es muy extraño para el investigador en una ciudad tan sedienta de chisme morboso, pero esto a fin hace más fácil el trabajo, al siguiente día cuando al fin se termina el trabajo pericial, antes de proceder con lo

que obviamente será un arduo trabajo de levantamiento y almacenamiento de los cadáveres, el licenciado ordena varias fotos aéreas para lo que se solicita la presencia del helicóptero de los bomberos donde se monta el fotógrafo perito que tiene más experiencia y que ha estado allí desde el principio, se pide a todos que abandonen el parque, ya estando todo despejado se posa el aparato sobre el lugar.

-Donde están los cadáveres? – pregunta el piloto

-Por todo el parque- responde el investigador por la radio

-Están abajo de los árboles? No se ven- se escucha al piloto

-Están por todo el pasto, casi no se puede caminar allá adentro- responde confundido el licenciado

-No hay nada- asegura algo enojado el piloto

Tras un silencio, se escucha del radio la voz del fotógrafo que está en la nave -no hay cuerpos Lic., no se ven-

-No están licenciado-

Al entrar al parque de nuevo, el licenciado se topa con un espacio limpio y despejado… Ni un cadáver.

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