Despierto, embriagado de tu perfume, para luego recordar que ya no estas.
Mi mente recuerda con detalle todo de ti. Desde tu lacio pelo, hasta la punta de tus pequeños pies.
Tus ojos, inmensos. En los cuales solía perderme cada vez que los miraba. Tu nariz, ¡Dios, cuanto amaba besarla!.
Tu boca, dulce y fresca cual manzana madura. Y aquel pequeño espacio entre tus dientes, ese que tanto odiabas. Ese que para mí, hacía de tu sonrisa, la más perfecta. De esas, que son una caricia al alma.
Quizás el tiempo pase, inexorable. Quizás el amor, que un día sentimos, no reaparezca. Pero se, que cada detalle de ti, permanecerá imborrable de mi mente, y seguirás siendo perfecta para mí.
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