Capítulo 3
— ¿Entonces? — con los ojos llorosos, Jennifer no dejaba de mirar a Johan con dolor
— Entonces… — repitió Johan mirando hacía el suelo
— Mira, lo siento. No quería que te sintieras así, además, lo que yo alguna vez sentí por Gabriel ya desapareció porque estás tú
— ¿Y si yo no estuviera? ¿Qué?, ¿Seguirías enamorada de él?
— Esa pregunta no tiene nada que ver…
— Claro que si. Abre los ojos, si él no te devolvió el amor antes ¿Crees que lo hará ahora? Ni siquiera te ve como una amiga, menos como una conocida. Si no lo quisieras, te habrías dado cuenta de que él nunca te amará como yo a ti y lo dejarías por la paz
Los ojos de Jennifer comenzaron a llorar, lágrima tras lágrima salía y ella no sabia porqué
— Lo siento, Johan — dijo mientras limpiaba sus lágrimas — No lo hice con mala intención…
— Más que molesto, estoy triste. Le prestas más atención a él, mientras que yo me puedo estar hundiendo en mi tristeza y tú ni siquiera lo puedes notar — Jennifer quiso abrazar a Johan, pero él se hizo hacía atrás. Sintió como si algo se rompiera dentro de ella, y solo dio la vuelta para marcharse del puesto de comida donde iban a celebrar el cumpleaños de Johan
Johan al no soportarlo, le pago al mesero y sin dudarlo fue tras ella: — Jennifer, por favor detente
— ¿Detenerme en qué? — preguntó ella a mitad de la calle
— En romperme el corazón… lo estás haciendo y es muy duro. Ven, vamos a sentarnos en la vereda
Johan y Jennifer fueron juntos hacía la vereda para tomar asiento y así hablar con más calma
— Johan… sabes que no lo hago con mala intención, ni siquiera lo quiero y mucho menos me gusta
Es curioso cuando alguien quiere mentirte, incluso ni siquiera logra convencerte y hay algo dentro de ti que no te permite creerlo, pero lo fuerzas. No sé si eso sea amor o algo tóxico. Pero a Johan lo mantenía «feliz»
— Está bien… te creo, pero debes de entender que esos mensajes me rompieron el corazón — Johan solo la miraba mientras que se tragaba sus mentiras. Incluso sabiéndolo, él seguía amándola. Aunque ella este con él solo por capricho, aunque juegue con su confianza y amor, él sigue en pie amándola — Pero por favor, no lo hagas de nuevo
En el rostro de Jennifer se formo una sonrisa y Johan no dejaba de admirar lo preciosa que es y como un chico como Gabriel no puso sus ojos en ella… bueno, supongo que no es nada tonto.
— No terminaron… a estas alturas no sé si alegrarme o darte una bofetada, Johan — admitió Max mientras se llevaba un shot de vodka combinado con alguna otra extraña bebida
— La amo demasiado como para dejarla ir, aunque eso me este lastimando — dijo Johan acompañando a su amigo y el alcohol — Y bien, ¿Quién es tu presa el día de hoy?
— Claro sobre eso, no habrá nadie más el día de hoy. La última chica es muy linda, dude en darle mi número de celular pero al final lo hice y hablamos todo el día, es muy graciosa y tierna. Quiero mantenerme firme con ella
— Nuestras vidas están de cabeza, yo odiando mi relación y tú formando una
— Tú y Jennifer estarán bien, es cuestión de tiempo
Lastima que para Johan, el tiempo había terminado
«Yo… te quiero much-ch-cho» Habló Johan a través del celular con Jennifer
«¿Dónde estás? ¿Estás ebrio? ¡Dios, no puedes ser más estúpido!» Gritó Jennifer del otro lado «Dime donde estás, iré por ti» Johan solo colgó la llamada y aventó el celular hacía un pequeño lago
En la vida te puedes enamorar de tres o nueve personas, pero solo una tendrá tanto poder en ti que te podrá destruir el corazón y tu mente con una sola palabra o acción, y algunas veces sin siquiera notarlo.
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