La escritura como brújula.

La escritura como barco que me permite fluir entre pensamientos y sensaciones.

La escritura como pétalos de botones de rosas que crecen en los jardines más frondosos de mi alma, regados con mi esencia más pura, enraizados en suelo fértil y lúcido. Alumbran mi mente y energizan mis dedos.

Me deslizo, me relajo, me expando, me convierto en el todo pero sin unirme a nada externo.

La tinta danza coreografiada por imágenes que nacen de las cálidas formas nebulosas con las que juegan mis recuerdos. Memorias sin tiempo.

20-08-20

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