ATARDECERES Y ARREBOLES

EL CASTILLO ENCANTADO

Una cálida tarde de Enero, cuando el sol trataba de ocultarse entre unas nubes multicolores que formaban un maravilloso atardecer en la profundidad del ocaso, se vislumbraba el nacimiento de una linda historia de amor enmarcada por las montañas de un paraíso. El olor a pino penetraba los sentidos , los pájaros entonaban su canto alegrando aún más ese maravilloso entorno que hoy recuerdo tanto.

A lo lejos se extendía como un tapete multicolor el precioso valle. Solo unas pequeñas manchas de humo empañaban el horizonte de aquel imponente paisaje. Allí enmarcados en un ambiente pleno de romanticismo dos enamorados se miraban a los ojos y contemplaban maravillados una chimenea en piedra y un pequeño riachuelo que se deslizaba por el medio de la sala, como algo novedoso que generaba un tenue murmullo y se convertía en un suave y sutil arrullo. Alrededor de la sala cuatro grandes asientos de cuero y en un costado una pequeña biblioteca con libros viejos, que muy seguro contenían maravillosos relatos semejantes quizás a esta encantadora historia de amor que hoy estaba dando a luz al ocultarse el sol..

En medio de esos testigos y por mucho tiempo, los enamorados estuvieron allí parados bajo el dintel de una puerta azul , contemplando el paisaje y observando como se deslizaba el agua del riachuelo por una cascada que finalmente a una piscina de piedra llegaba.

Estando allí como embelesados , de pronto el hombre tomó la bella mujer por la cintura, la acercó a su cuerpo y con un beso interminable y sin pensarlo, estaban sellando en ese paraíso el inicio de un amor para la historia , donde dos almas que parecen gemelas, han construido un sueño del cual no quisieran despertar y por siempre conservar en su memoria.

Han pasado los años, muchos quizás, pero a partir de ese momento esos seres enamorados han compartido juntos sus alegrías, sus tristezas, sus triunfos y sus derrotas, sus lágrimas y sus risas y van por la vida como dos almas gemelas, como dos amantes que no tienen prisa y transcribiendo su amor en bellas cartas y poemas…

A LA LUZ DE LA LUNA

Amada mía:

Hoy es domingo, el sol ya se perdió en el ocaso entre las nubes coloridas de un hermoso atardecer. Apostado en un balcón, me fumo lentamente un cigarrillo, saboreo un delicioso café y no puedo evitar que mi pensamiento se deslice hacia Ti, prodigándome un inmenso placer.

Al fondo se divisa una preciosa luna que inicia lentamente su ascenso en el horizonte y parece como una guirnalda de oro colgada en el cielo azul. Sus rayos penetran por entre las hojas de una palmera situada en frente mío.

Es un espectáculo maravilloso que me hubiera gustado contemplarlo acompañado por Ti, que has hecho de mi vida el más lindo sueño desde que te conocí.

Al mirar el horizonte en dirección a la naciente luna, mi mente se detiene en un lugar lleno de recuerdos, donde he pasado los mejores momentos de mi vida, donde el amor y la ternura prodigados por Ti me han colmado de felicidad y alegría.

Por un momento me remonto en el tiempo y la distancia y me quedo como absorto, perdido en mis sueños y añorando el sabor de tus besos, el calor de tus abrazos, la suavidad de tu cabello y quisiera sentirte de nuevo en mi regazo.

Vienen entonces a mi memoria los bellos recuerdos de los aguaceros, las lluvias y las tormentas que hemos disfrutado juntos…….Creo sentir las gotas de lluvia deslizándose por mis mejillas hasta llegar a mi boca y me traen el recuerdo del sabor a ti, cuando en medio de la tormenta, mis labios se han posado en tu piel…..

Así permanezco durante mucho tiempo como absorto, con la mirada perdida en el horizonte, dejando que la luz de la luna me bañe y continúe iluminando mis bellos recuerdos mientras tu estás ausente…….

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