un café para el olvido

En medio de un café descubrí que los amores que se creen eternos, se convierten en fantasma y que con el pasar del tiempo, los sentimientos que tenían raíces fuertes se van debilitando hasta el punto, que cualquier brisa por más leve que sea los hace desprenderse de tu corazón y es ahí cuando te descubres renovada, cuando entiendes que los amores para toda la vida no existen, que así como amas profunda y rematadamente a alguien en estos momentos, dentro de unos años solo será un recuerdo que aunque bonito va a estar cubierto por mucho olvido, que solo vas a acordarte de algunas cosas, pero de la triviales, de las que hacían parte del día a día, de la música que solía escuchar, de la forma en la que andaba , de sus lunes de malhumor, de los motivos por los que discutían, de los sueños que tenían juntos, de eso no te vas a acordar porque otra persona va a remplazar esos sueños y esas trivialidades.

En medio de ese café me di cuenta que la distancia y el tiempo hace que ya las cosas que antes te dolían ya no lo hagan, me di cuenta que las personas amamos de forma diferente en las diferentes etapas de la vida, que no se puede comparan el amor de apasionado e irreverente de la juventud, con el amor tranquilo y sereno que traen los años, me di cuenta que las personas se la pasan amando a otros sin amarse a sí mismos antes , que siempre buscan a otro que se haga responsable de su felicidad, porque en el fondo no se sienten capaces de ser felices solos.

Hizo falta ese café para comprobar que no me haces falta, que ya no te amo, que estoy mejor sin ti y que tu estas mejor sin mi, que le sobrevive al amor que nos teníamos una profunda y sincera amistad.