Pequeño encuentro fortuito

Pequeño encuentro fortuito

Jose Palacios

03/01/2018

Los años han pasado y me he vuelto a encontrar con mis cuatro grandes amigos. Como si de una cita obligada se tratase. Llego la hora de recordar aquellos momentos, y es que eso es lo único que queda al final de la vida. Que desgracia seria tener que irse de este mundo sin poder tener el privilegio de volver al pasado y ver todo lo que un día fue. No es de extrañarse que algunas cosas se repitan en dichos encuentros. A algunos ya les falla la memoria ¿Como han de acordarse a tan avanzada edad lo que dijeron el mes pasado? El paso del tiempo es un vil destructor que no solo se ocupa del pasado sino también del presente.

Como todas las veces seria Carlos Julio quien rompería el hielo. Mucho tiempo viéndonos la cara. Era hora de que alguien diga algo. Me gusta Carlos Julio porque siempre pone la iniciativa. Después de todo es un hombre que le gusta hablar. Comenzó con las mismas palabras con las que había empezado el mes anterior. Y es que no es de extrañarse que siempre quiera hablarnos de lo que tanto sabe de historia. Otra vez la segunda guerra mundial. Nunca se dejara vencer en una discusión sobre historia, entendemos que sabe mucho pero ya estamos hartos.

Llego la hora de que aparezca Victorio Ignacio y trate de cambiar el tema rápidamente. Menos mal lo hizo. Que terrible seria tener que estancarnos otras dos horas discutiendo del mismo tema y de los mismos debates. Victorio comenzó hablar de su vida, nos explicaba que deseaba emprender un proyecto ambicioso. Me parece increíble que este hombre quiera emprender a sus 69 años. Sigue teniendo la misma energía de un chaval. A esa edad ya estaría pensando en morirme.

Su emprendimiento consistía en construir un medio de transporte que te permita viajar de un continente a otro en menos de una hora. Me pregunte como se suponía que haría eso. Me imagine que tendría que invertir incontables horas de grandes esfuerzos para lograr su cometido, Sin embargo supuse que todavía no estábamos tan avanzados en materia de tecnología como para emplearlas en tan ardua tarea. ¡Es todo un soñador! es grato recordarlo como siempre ha sido. De todas maneras me entusiasma el hecho de que al menos se allá concebido la idea, pero algo me dice que esto no les gustara mucho a la industria aeronáutica.

Nadie le refuto nada, solo escuchamos, supusimos que estaba alucinando.

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