INTRODUCCIÓN
Decía el cineasta Chris Marker, que al contrario de lo que podía parecer, hablar en primera persona en sus películas era un signo de humildad: “todo lo que tengo para ofrecer soy yo mismo”.
No habría que confundir esa hermosa referencia a la poética que puede estar tras el uso de la primera persona en un relato, con el hablar sobre uno mismo, el exhibirse como centro de la acción. Aunque ese registro muy autoconsciente no deja de contar también en la historia de la literatura con algunas grandes maravillas, hoy el tomarse como tema y hablar de uno mismo (distinto, insisto, a hablar en primera persona de otros temas) es una tendencia cada vez más frecuente, cuyas proporciones estén posiblemente asociadas al narcisismo y la falta de imaginación con que muchos principiantes se lanzan a ocupar el espacio público que internet pone hoy al alcance de cualquiera. Algo muy comprensible si durante su proceso de formación no han tenido la oportunidad de practicar otras direcciones que no sea la más fácil (es decir la de mirarse a sí mismos para contarse), o la de disponer de una guía de aprendizaje que les facilitase claves sobre las muchas otras posibilidades que tiene la creación justamente para ayudarnos a salir un poco de nosotros mismos y atender más a lo que nos rodea, desarrollando en suma una mirada más basta y compleja sobre la realidad.
En la actividad del taller al que les invito a participar, vamos a tratar más que de que hablen de sí mismos, de observar y aprender a nutrirnos de los otros, en el mejor sentido, y a usar la imaginación para profundizar en lo que las apariencias ocultan, deber fundamental de toda literatura que merezca ese nombre.
Claro que siempre habrá un espacio para la reflexión personal o la observación de nuestro mundo de sensaciones y sentimientos más inmediatos. Y justamente vamos a empezar por ahí, pues a fin de cuentas lo que manden a través del grupo de trabajo de Whatsapp a partir de esta primera propuesta de trabajo, será lo primero que leerán o sabrán de ustedes el resto de participantes del grupo y debe por tanto cumplir una función de presentación.
Antes de contarles el trabajo que les propongo resolver para que luego lo envíen al grupo de Whatsapp en su estreno en la actividad, debo aclararles que la periodicidad de las propuestas será cada dos semanas, y les daré acceso cada vez a una tanda de tres propuestas diferentes para que elijan una, que tendrán una semana para resolver. Hay varias razones para no hacerles una sola propuesta de trabajo por vez, como suele ser habitual en la mayoría de talleres de escritura. De momento es suficiente con decirles que eso dotará de una mayor variedad a las respuestas que leerán en el grupo de Whatsapp, algo que ya es una ventaja suficiente.
PRIMERA TANDA DE PROPUESTAS
1. Sin vergüenza, me presento
Les invito primero a algo bien fácil: a que se hagan un autorretrato. Pero con una condición no tan sencilla de resolver: que lo hagan con humor, demostrando que son capaces de mirarse con cierta distancia, quitándose importancia pero tratando de hacerlo con gracia. Desarrollar esa capacidad les será muy útil para más adelante explorar el lado más cómico de los registros que transitaremos más adelante en este taller. Además de que para que sea legitimo hacer parodia de lo ajeno, como poco primero hay que demostrar que uno es capaz de reírse de sí mismo.
2. Mi móvil y yo
Les invito en esta segunda opción a que se retraten ustedes a través de su relación con el teléfono móvil o cualquier otra máquina con la que tengan una intensa relación. No solo en este taller vamos a explorar el cacharro a través del que estarán ustedes en contacto (en particular gracias a su funcionalidad de Whatsapp), también vamos a tratar de comprender la verdadera naturaleza de nuestra relación con las máquinas y determinar críticamente dónde residen sus peligros ocultos. Es, de sobra lo saben, uno de los grandes debates contemporáneos y lo vamos a mirar cara a cara y manchándonos juntos las manos de grasa para tratar de descifrar el sentido y las consecuencias de las emociones y fantasías que las máquinas despiertan en los seres humanos.
3. Un recuerdo de infancia
Aunque normalmente mi tercera propuesta estará en general vinculada a temas de orden más reflexivo y analítico, en esta primera ocasión voy a hacer una excepción. Redoblando el giro que nos garantice la deseada variedad en las aportaciones que lleguen a los grupos de trabajo, les propongo como última opción una propuesta bien diferente: que se retraten a través del relato de un recuerdo de la infancia que consideren que contiene rasgos de usted o que dejó marcas de importancia que aún permanezcan. En definitiva, un recuerdo de infancia que pueda ayudarles en parte a explicar quienes sean ustedes hoy.
Una vez escojan una de las tres propuestas de trabajo tomen por favor en cuenta una regla importante: salvo que indique lo contrario, el resultado del trabajo sobre las propuesta de trabajo asociadas a cada entrega no debe superar las 180 palabras o, si lo prefieren, pueden también mandar al grupo de Whatsapp que se les asignará, un audio con un máximo de dos minutos de duración.
NOTA- Me permito sugerirles que se animen en dirección a la oralidad: la voz dice muchas más cosas de nosotros que lo que nunca conseguirán unas letras impresas en una página de papel o de cristal. La ventaja de estas últimas (las páginas pantalla), sorpresa, es que también permiten escribir con sonidos.
Dado que estamos cada uno en zonas geográficas muy distintas y no será fácil que nos conozcamos unos a otros físicamente, la voz puede ser una buena manera de sentirnos mejor, más cercanos, estimulando la imaginación para sentir mejor como pueda ser cada uno de ustedes.
Pero que nadie se sienta obligado, por favor. Quien no lo haya practicado nunca —grabarse la voz, escucharla, corregirlo si es necesario—, puede sentir cierto rechazo instintivo al escuchar su propia voz, frente a la agradable neutralidad que suele suscitar el ver sus propias palabras escritas sobre un papel: tenemos mucho más asumida la visión de nuestra caligrafía o la transcripción tipográfica de nuestra escritura en la pantalla de un dispositivo (¡algo aún más neutro!), que la escucha de nuestra propia voz. La única manera de superarlo es probarlo, hasta acostumbrarse. Con los móviles, que en este taller serán nuestros aliados (aunque también les criticaremos, como ya he anunciado en mi primera entrega), hoy resultan ejercicios muy sencillos de realizar.
NOTA DE LA ORGANIZACIÓN
Si usted no se ha inscrito aún como participante activo en el taller y le estimula comenzar a trabajar una de las propuestas que le ha ofrecido aquí Matías Cañorroto e integrarse en un grupo de trabajo vía Whatsapp durante el trimestre que dura el primer ciclo del taller, puede inscribirse rellenando esta ficha de inscripción. Si lo prefiere puede también suscribirse solo a las entregas del taller usando esa misma ficha.