Yo te quiero.

Me encuentro aquí, delante de este folio en blanco queriendo dibujar la silueta de tu cuerpo mientras duermes en mi cama, pero cariño, me decanté por el arte de la tinta del bolígrafo y no por el pincel.

Así que empezaré por escribirte lo bien que te quedan mis sábanas y esos ojos que me piden tranquilidad cuando estoy modo tormenta.

A ti que te daría hasta mi vida, ¿qué puedo negarte? Si tu boca me hace recordar el motivo de vivir y el sentido de morir cada noche al besarla.


Desabrigame, da igual el invierno, mi hogar está entre tus piernas, sólo ahí yo me arrodillo a rezar, pues una vida sabe a poco y estoy pidiéndole a Dios unas cuantas más.


Hasta que el universo explote, yo te quiero.



URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS