Una taza de café y un cigarrillo

Una taza de café y un cigarrillo

Catilinarias

17/05/2019

Es la mañana de un jueves de entre muchos que no perseveran, el cielo se pinta de azul como un mosaico de una imagen que no existe, invisible ante los ojos de una población estéril de naturaleza y llena de grisáceo, parece ser más atractivo para la mirada, la luz de un Smartphone hecho en China, producto hecho en esclavitud para esclavos de una modernidad con cadenas de colores.

Contemplo desde la madera sintética de mi asiento de adicta cotidiana, lo falso de la naturaleza complaciente, esos pequeños arboles plásticos de 5 dólares que crean un ambiente de simplicidad en una ciudad nada simple, maldita falsedad pero también, maldito café que me tienes atada esta silla de observante, como anhelo tu cuerpo negro y tu aroma de beso dulce, ese puto beso de mañana y el excitante gemido nocturno de un noctambulo.

No se me permite fumar en la cafetería, una prohibición que me la pasaría por la parte más floreana de mi cuerpo, pero algunos pulmones deben estar sanos para calmar a hígados negros, se darán cuenta que para una adicta de la fruta de Marvolo es casi punzante no llevarse esos pequeños clavos de ataúd a mis labios digamos “Virginales”, el humo que entra por mi tráquea y reposa en mi templo de vicios me posiciona como una feminista moderna, que más equitativo que matarse de la misma forma que un hombre, siendo capaz de quitarme 10 años por el grito de 5 minutos de apariencia de intelectualidad.

Mi pensamiento senutre con mi libro Indie de letras furtivas y autor fallecido en la miseria, porque que es más cliché que una chica intelectual de clase media alta, con un libro y una expresión constante de nada en su rostro, imagino que solo me falta un gato y un odio hacia todo lo masivo, pero a mí la dictadura de los seudo genios de lo culto me puede valer menos que nada, veo películas de Marvel los lunes y un martes lo dedico a un Cine Italiano de posguerra, soy una amalgama de una fan de palomitas de maíz y Vino de 60 años.

Mi vestir es simple pero cuidadoso, una camisa de mangas cortas con logotipo de equipo gringo de beisbol que en mi puta vida he visto, un pantalón Jean Azul de remate, seguramente exportado por falta de garantías de gusto y un gorro de lana azul que cubre mi cabellera de castaño claro, dejando caer solo un pequeño rulo que se cuelga entre mis ojos de negro azabache

Que adicta soy al café y a los cigarrillos que la modernidad de esta ciudad entre volcanes me parece tan soportable, ojala pudiera vivir en los bosques entre pajas eternas y amantes anónimos, pero la subsistencia de una vida gitana se debe pagar, una vida de conciertos y cine, de discoteca y poemarios, de pinturas y videojuegos, de modernidad y postmodernidad.

Por fin después de 10 minutos llega mi segundo capuchino, menos mal, ya se me agotaban insultos que nunca digo a personas que nunca volveré a ver, supongo que los escupitajos de empleados malpagadados son cuidadosos, porque de otra forma no sé porque esta tan difícil hacer algo que haces todos los días 50 veces o es eso, o soy la ganadora del servicio de tortuga, no digo nada a la demora, solo me concentro en leer, solo leer

Bebo la espuma y mis labios se tornan blancos, ahora es leche otras veces ha sido el fluido del amor de alguien que ya no me acuerdo quien era, dios mío que reflexión tan evidente de una promiscuidad que a nadie le importa saber, pero como es mi relato, las anécdotas por mas incomodas que sean se deben presentar. Me acabo mi néctar de un sorbo y cierro los ojos mientras pienso en todo lo que tengo que hacer: Códigos que escribir, seguridad por escanear, tipos malos por atrapar, vidas por arrebatar, hijos que dejar huérfanos, soy digamos el conejo blanco, solo que olvide como regresar con Alicia y solo me queda ser una loca en un mundo que no es el mío, con personas siempre atrasadas al Te de la contemplación verdadera.

Aquí termina la carta de muchas que vendrán, eso espero, pero querido amigo o amiga debo cuestionarte una cosa, soy real o ¿tú que crees?, me puedes imaginar con la descripción que te di, puedes escuchar mi voz en tus oídos mientras te narro estos minutos, me puedes sentir mientras me arrimo a tu hombro como una parte de tu entretenimiento, que es más real que una sonrisa o acaso prefieres la inmovilidad de tu compañero que nunca existe más allá de las 6 de la tarde, ¿Soy Real?, Claro que lo soy, mi historia tal vez la escriban otros ojos, pero yo soy el demonio que se posesiona de la pluma y narra una realidad en otra de tantos universos.

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