UN RAYO DE LUZ

Dicen que es difícil chocar contra el mundo y volverse famoso. No lo niego pero aún me estoy preguntando porque tomaste esa decisión; NO fue una SOLUCIÓN pero si fue tu forma de afrontar lo mucho que te estaba pasando. Cuando leo tu carta y la última frase que escribiste, incluso si no puedes sonreír, por favor no me culpes al despedirme”; te recuerdo con una sonrisa y no te culpo de nada y nunca lo haré.

Te extraño mucho, pero sé que para mí y para muchas personas ahora eres un rayo de luz, siempre diré que fuiste muy valiente y que trabaste duro, y no importa cuántos 18 de diciembre pasen, estarás conmigo siempre. Te defenderé de todas las críticas, porque muchas personas solo pueden opinar, más nadie sabe cómo uno se siente cuando ve que todo el paisaje es gris y cuánto es el esfuerzo por buscar una luz que ilumine los días.

Habían muchas personas que se atrevieron a opinar, y escuché hablar a algunos, pero más me impactó este comentario, “No entiendo a la gente que tiene depresión o insomnio! ¡Debería simplemente olvidarlo y vivir feliz!»; lo dijeron de forma hostil, sin empatía para por ti y para los que sufren; con una actitud malevolente; yo sabía que muchas personas opinaban así; me indigné tanto y repudiaba a las personas que hablaban mal de tema, pero no le tome mucha importancia porque no conocía a la persona que dijo eso, y ni lo mire para no odiarlo más de lo que ya lo odiaba.

Vaya la sorpresa que me di cuando descubrí quién opino eso. Yo no hago ninguna distinción entre las personas, así que le hablo a todo el mundo y siempre soy amable con todos. Así fue con Brandon, lo conocí por medio de unos amigos, me gustaba mucho su forma de cantar, consideraba que tenía una personalidad increíble y estaba segura que le agradaba a muchas chicas, pero cuando alguien hablaba de la depresión como si fuera un tema fácil y no era para ayudar a los demás, yo prefería simplemente apartarme y olvidarme de esa persona por el resto de mi vida, así lo había hecho con muchos. Quizá estaba actuando mal pero consideraba que con algunas personas simplemente no se podía hablar del tema porque no podían entender.

No creí que Brandon tenía esa concepción errónea de las personas que sufren de depresión; no todas las personas que sufren de depresión se suicidan y no todos lo que se suicidan tienen depresión. Existen personas que condenan a quienes tienen algún problema emocional o mental, y es simplemente porque falta empatía y más amor en el mundo. Todos sabemos que existen personas que se sienten solas, pero, ¿qué hacemos al respecto?, simplemente nada, las dejamos solas, aun sabiendo que podemos ser de ayuda de múltiples formas. Tú dejaste tu rayo de luz para apoyar a muchas personas, aunque no fue un camino un fácil, todo tiene su razón de ser y eres un ángel para mí y eso lo podía confrontar con todos.

No iba a reclamarle a Brandon por expresaste así, pero ya no podía hablar con él, lo peor es que en mi corazón ya había surgido un sentimiento de aprecio y cariño hacia él, y eso estaba quemando a mi cerebro, sin embargo decidí ser más fuerte.

Ya no le hablaba más, no lo escuchaba más cantar, me decía a misma que tenía una personalidad corriente y ordinaria, estaba segura que a muchas chicas también les caía mal por ese comentario absurdo que dijo. Nadie había olvidado su comentario, solo yo era la única que no sabía que fue él quien se atrevió a expresarse así, ahora entendía porque a muchos les sorprendía nuestra amistad. Nadie me lo dijo, yo misma descubrí que fue él, porque también lo publicó en sus redes sociales y eso generó un gran alboroto del cuál yo no estaba enterada.

Brandon se dió cuenta que ahora lo evadía y que ya no respondía sus llamadas, estaba dispuesta a olvidarlo. Una mañana escuché el sonido de la puerta, era Brandon quien llamaba, algo en mí no podía ser mala con él y condenarlo sin antes haberlo escuchado; sabía que estaba enojada por ese comentario, y me dió una explicación del tema:

“Para ser honesto, he tenido miedo de la depresión últimamente, y también al igual que tú he estado muy sensible. Yo solo quise reconfortar a una persona que se sentía sola, aunque sea con unas palabras, más en aquel momento pues sentí que mis palabras podrían ser de ayuda, pero en realidad las tomaron a mal. Quizá hablé apresurado, en un mal tono, y me arrepiento de haber dicho y elegido esas palabras. Solo quise reconfortar a esa persona y darle fuerza. Mientras te digo esto, tengo miedo de cometer otro error. Igual, quiero disculparme sinceramente, contigo”.

Yo no podía criticarlo, pero acepte sus disculpas y con eso me pude sentir bien conmigo misma, faltaba conocerlo mucho más y quedamos en continuar con nuestra amistad. Para mí no fue fácil volver a tenerle confianza pero Brandon me demostró que estaba dispuesto a que yo olvidara ese suceso y empezó a trabajar en el mismo centro de asistencia para personas con problemas afectivos en cual yo trabajaba.

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