Sonetos apolíticos

Sonetos apolíticos

Pirate smile

15/07/2019

Un viejo sermón me vuelve demente
y trae su paz en verso violento.
Cual fuese el día, cual fuese el momento
la voz engalana invade a la gente.

Nublo el discurso que fraguar la mente
consigue a lo largo y lo ancho del cuento.
Resulta mañoso mi descontento
del jefe al matón sirviendo al oyente.

Han hablado de justicia implacable,
blandiendo, arrogantes, nuestra bandera
del sol nacida, del cielo impecable.

Vive en el tiempo utopía certera
y su mentira se vende entrañable.
Fastuoso ardid de una misma tijera.

En llamas el pueblo, y la desconfianza
sesga el amor que cree venidero.
Fruto argentino del campo criadero
siendo las partes de misma balanza.

Esquivan el alba tajando a ultranza,
dejando su huella sobre el caldero
¿Tierras, Poder? ¿O qué fin verdadero
es mal que germina desesperanza?

Nadie sospecha que se han esmerado
en pos del triunfo de nuestros hermanos
que nacen unidos y han separado.

¡Oh, disertantes!, serán los tiranos
de un mismo relato que me ha inspirado
pues soy la sangre que vierten sus manos.

En este día de oasis bendito
el pueblo asume una vieja manera,
rebalsa la cuenca de azul ceguera
olvidando el tema al cual me remito.

Vuelan las aves cantando su rito,
crecen las ramas de unión verdadera,
espeja el lago su Julio cualquiera,
sentencia criolla que el destino ha escrito.

De persistir la voraz taxativa
mujeres y hombres se alzarán enjambre
por la independencia, ¡la Patria viva!

O engullan el pan con nudos de alambre,
siéntanse presos de la narrativa
y desterrados al confín del hambre

Eternos los siglos que han esperado
los sabios que tristes de alma envejecen
e imploran la paz porque recrudecen
sus viejos artes que no han reparado.

Sólo sabrán que lo perseverado
se esfuma en la historia ni bien empiecen
esos conciertos que sólo empobrecen
la idílica era del desesperado.

«Somos el centro de tus ideales».
«Yo igualo la izquierda de tus caminos».
«Derecha, las clases son naturales».

«Diré lo que no haré, seré un cretino
y cuna de crisis existenciales».
Más hábil, más rico, como el buen vino.

Nos hemos vuelto locura y desorden,
desinteresados y derrotistas.
Amantes que juran su odio a las listas
que vanas perjuran el bien y el orden.

Por tibios, dejamos que nos aborden
las fábulas rancias de congresistas
que impulsan leyes que cuando desvistas
evidenciarás bolsillos que engorden.

Por ser la historia parte del presente,
y ver con ojos de sangre latina,
respiro fe de un futuro fulgente

vaciando el poder que al pueblo margina.
Cargando en las glorias del continente
y en las llanuras tu grito, Argentina.

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