Quiero ser yo de nuevo

Apenas había visto a través de mis ventanas, estas calles intactas, 

que no reconozco desde hace algún tiempo.
Sus dos filas de árboles que apuntan al cielo,

unos frente a otros, separados por concretos,

imponen testarudas distancias.

Comparten la misma cantidad de pájaros, la misma cantidad de hojas secas,

e incluso, los mismos mutismos nuevos,

todos ellos, ajenos a mí.

Dan ganas de subirse a sus cimas verdes,

y gritar como si estuvieras en una tormenta,

¡….quiero ser yo de nuevo…!,

y romper en retazos esos silencios limpios e incompletos,

que hacen también de mí, un objeto deshilachado.

La paciencia es un tesoro blanco que he encontrado en estas noches de inestimables soledades, 

que saca por fin de mí,

un extraño agradecimiento.

Ya vendrán los días de ir a las profundidades de la lluvia y cantar,

con todas mis fuerzas,

desde el fondo,

junto al sonido del agua rota,

canciones de reencuentros.


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