Lo lamento, sé qué hace tiempo, no te escribo un poema y el dilema se encuentra entre la dejadez y el siguiente lema: Ama y haz lo que quieras. He pasado por muchos problemas, pero el que no me permite avanzar y continuar con el proceso de amar, es el teorema de perdonar. Como se hace con aquel don, olvidar y nunca recordar ese error que me cicatrizó el alma. Parece que no hay calma ni al sentir tu suave palma por mi espalda. Por lo que, al no perdonarte y todo mi rencor demostrarte en el hedor fétido de mis insultos estúpidos. Sin poder consolarte, dejándote arrastrar nuestro futuro por delante. Me duele la maldita e iracunda murmuración en mi interior, no puedo mirar mi propio reflejo en el espejo y menos a ti y pedirte perdón de corazón. Lo necesito, lo necesitas y todos lo necesitamos. Primero con Dios, luego con nosotros y por último con los otros. No dejes que el enemigo te engañe y ruega a tus amigos que te acompañen, puesto que el malvado incita a vengarnos, le excita como a veces fracasamos y nos limita el amarnos. Perdóname, perdónate y luego juntos seamos un nosotros para los otros.

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