Rompe el molde, lo estipulado, igual esta es tu vida y tú decides sobre ella, pero no te engañes que no es bella, ni tampoco tiene color de rosa, por eso haz lo que te gusta sin importar a quién le disgusta, desvívete por tus sueños, aquí nadie vive por ti, tus padres ya vivieron, pero que tu vida no sea un irrespeto para ellos, o bueno, por lo menos intentemos.

Llama a tus vicios cuando estés ocupado, así no serás un inútil mientras estés drogado, y para los que se asustan al leer esa palabra, en pleno siglo XXI hasta mamá sabe lo que es marihuana, nadar entre ríos de nubes violetas descendiendo por los anillos de saturno, y sin ser atleta.

Te juzgo a ti porque no eres como me explicaron a mi, te vistes como puta, debe ser que repartes la fruta, ¡cuidado con el ladrón!, mientras pasa un joven tatuado escuchando una canción, el prejuicio es el juicio de mentes marchitas, incitan a masas a no pensar lejos del cerco, con letanías de una moral corrupta, pero cada vez sin menos eco, los rebeldes de mente se saltan ese cerco y surcan terrenos cada vez más pintorescos, con vientos frescos, caminando al sonido del cantar de los jilgueros, así debería de sentirse cuando vives haciendo lo que soñaste sin importar a quién la carótida le salte.

En un mundo de apariencias que sea nuestra mente lo que prevalezca, nuestros valores e ideales de la mano con nuestros vicios, que no tenga limite nuestros pensamientos, y que no importe cómo luzco, que importe lo que predico, lo que predicas, lo que predicamos hermanos en un mundo banal, esa es nuestra locura racional.

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