El mundo me dio una oportunidad para tener al amor de mi vida a mi lado y la aproveché. Quedamos para ver la tortura vacuna con sus 3 amigas urracas, pero yo me escabullí con ella y la llevé a ver el atardecer en el punto más alto del pueblo.

Decidido tras su abrazo de añoranza, le robe un beso que ella correspondió con pasión. Nuestros labios vírgenes se fundieron en la dorada luz del ocaso cuando tuvimos nuestro primer beso como pareja.

Nunca lo olvidaré, tanto por el momento como por el ambiente, y espero poder repetirlo alguna vez. Pues es un momento que no daría por nada en el mundo.

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