La letra «B» en nuestras vidas

La letra «B» en nuestras vidas

Natalyna Roes

07/06/2017

Como analista, además de aprender teorías, también me gusta elaborarlas, y por lógica debo hacerlas para presentar trabajos.

Pero sin irnos de tema, confieso que he trabajado en distintos rubros, tales como gastronomía, salud, ventas, seguros, entre otros. Cada trabajo me dejó su lección, pero no pude evitar encontrar un denominador común entre los aquejados, los pesadumbrosos. Aquellos a quienes por más beneficios y ayudas que otorgues, siempre una desgracia les acarreará.

La pregunta vital es dónde radica la diferencia entre los ‘desafortunados’ y los que ‘la vida les sonríe’.

Es verdad que la mala suerte los persigue? Existe esa tal varita mágica que beneficia a algunos?

Alejémonos de las creencias del azar o karma o cualquier otra creencia que interfiera a una respuesta biopsiquica.

Normalmente crecemos con la enseñanza de que los actos traen consecuencias, y de paso cañaso, nos dicen detalladamente si la consecuencia es mala o buena. Es decir, ya viene implícito un juicio de valor en la enseñanza. Por ejemplo.: Si no tomas la sopa, viene el viejo de la bolsa (No tomar sopa es muy malo y de personas desobedientes), o algo no tan de pequeño ya sea: Si no estudias vas a fracasar en la vida (las personas que no estudian son fracasadas), o por el contrario: si no queres estudiar, no lo hagas, podes hacer otras cosas como casarte (el estudio no contribuye a mi formación, existen otras formas de subsistir).

Los ejemplos de arriba carecen de mi opinión personal y solo son a modo de ejemplo.

Entonces que sucede?

Los juicios de valor son importantes, sin duda, y enseñar y educar es un deber moral. El asunto es posicionarnos como adultos y ver nuestra perspectiva en este artículo.

Qué es el lado B del asunto? Albert Ellis propone esta teoría. Lo que paso a redactar es el hilo conductor de este artículo y ahora sí, en base a mi perspectiva.

El lado B, es la interpretación de los hechos. A raíz de un acto, según nuestra mirada será la consecuencia.

Podrían algunos decir que existe quienes sufren tremendas desgracias como perder a alguien o no tener un techo o por el contrario quienes viven cómodos y con facilidades. Eso es verdad. Pero demos un paso más y destapemos y conozcamos los pensamientos.

Independientemente de la desgracia que se sufre siempre será fundamental la perspectiva del individuo.

Qué decimos con esto?

Bien, ante una desgracia X, existen diversas reacciones, y lo observamos comúnmente. La persona reacciona según su óptica. Quiere decir esto que el perder un trabajo, por ejemplo, no es tan terrible? No. Quiere decir que según cómo se vea, es según la reacción y posibilidades de acción.

Quien crea que su mundo acabó debido a perder el trabajo y decida estancarse en la queja y angustia quedándose apesadumbrado en la cama, seguramente le irá peor que a aquel que hace su duelo y procede a una nueva búsqueda laboral. Y si nos encontrásemos por la calle a ambas personas y nos saludan y pasamos al dialogo típico social de «cómo estas?», seguramente la primer persona nos transmita preocupación, lastima, congoja. En cambio, la segunda persona nos transmitirá positivismo, buena vibra e incluso admiración.

Somos seres con un sistema inmunológico muy interesante y fuerte. Nuestra mente también lo posee. Vamos a utilizarlos.

Las situaciones, sea cual sea, nos proporciona más de una reacción a tomar. Por lo tanto nunca perdemos el poder de decisión de nuestra reacción.

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