No quiero lágrimas en mi partida,
ni llantos de arrepentimientos,
porque ya…
no volverá atrás el tiempo.
No quiero flores de tristes colores,
ni lamentos de momentos de errores.
Quiero entendimiento de mi voz,
aquella que se gritó con el corazón.
Quiero el reconocimiento de mis buenas intenciones,
y el perdón de mis malas acciones.
En mi partida…
no quiero a quien no me conoció,
aquél que sólo rozó mi corazón.
Pero aquellos a los que tanto amé,
con los que bailé, reí y canté,
aquellos que entendieron mis lágrimas
y compartieron mi dolor….
esos, y sólo esos, será bienvenidos a mi adiós.
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