Cuando las huellas del pasado se dibujen en el sendero de tu presente, no olvides que el impredecible futuro te espera desprovisto de espejos retrovisores: no suele echar la vista atrás.
Con este «modus operandi» , intenta que todos los fragmentos de vidas pasadas se conviertan en polvo y se desvanezcan como el humo de las velas de tu último cumpleaños.
El tiempo avanza con una implacable determinación, solo sabe correr hacia delante. Aun y todo, con las prisas, siempre se le caen por el camino cachitos de vidas y sobrevidas.
Tu memoria nómada guarda estos pedazos en un baúl bajo llave, para que el sendero de tu presente esté despejado de huellas pasadas susceptibles de desorientarte.
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