Duraznos con sal.

Duraznos con sal.

N. N. Arroyo

09/04/2020

Recostada sobre la corola carmesí que ha llorado el otoñal,

te muestras dormida, iluminada por los rayos escarlata,

me acerco, te beso, saboreando de tus labios néctar,

una utopía a mí paladar, de duraznos con sal.

Musa del corazón herido, soy tu sirviente,

deja ya de ahogarte en el océano de su partida,

abandona la mirada lánguida que te dejó,

y desata la cadenas que te someten a tu amante.

Te imploro el deseo de ser tu sanador,

Afrodita destrozada,

sana en el cobijo de las brasas de mi amor,

y entre tus murmullos nombrarme tu salvador.

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