dios en una caja

dios en una caja

Siles Cobara

31/03/2023

Había una caja cuya estructura era de composición desconocida, no dejaba albergar luz y en su simpleza era casi perfecta. El recipiente contenía un dios, que se percibía a si mismo en completa obscuridad y con sus extremidades palpaba las superficies, las raspaba, se posaba en ellas, hallaba posturas poliédricas en el modo de reclinarse. Esos actos, sin palabras, carentes de otro conocimiento, siendo solo un ejercicio simple de ejecución, escribían y desescribían el universo, a ciegas, sin emociones, sin pensamientos, dictaban el tiempo, las dimensiones, la composición y sus esencias. Blandía ese gran poder de permanecer ignorante de
su ignorancia. Mientras, destruía galaxias, aniquilaba un sin fin de existencias, creaba las condiciones para el surgimiento de otras y llagaba algunas en ciclos interminables y paradojas. Con el uso la caja imperfecta se gastaba pues había patrones en sus movimientos, reiteraciones involuntarias y otras calculadas. Al notar el dios las diferencias, se enfocó en una diminuta sección y descuidó el resto. Ese fragmento le consumió toda su atención y así con técnica, aplicó todo método por él conocido, hasta perforar la caja. Finalmente sin esfuerzo integró su ser por un agujero diminuto, saliendo al resto de la existencia sin poder contener la suya, dispersándose eternamente, incapaz de procesar todo lo que abarcaba, sin control o guía,  siendo en todo cuanto había dictado y creando nada.

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