Existe una chica de 17 años que le gusta la época de los 80’s donde cada vez que sale de casa piensa cómo sería quedarse en la misma época para siempre. Le gusta el romanticismo de esos años además de la moda llena de colores y peinados alocados, nada comparado con la moda y estilo de vida de hoy en día, las calles se vuelven coloridas cuando se hace de noche y eso es lo que más aprecia desde su casa. Ella mira el cielo desde su techo donde cada día hay más luces que aparecen desde lo más alto, le ciegan los ojos y la llevan a imaginar el amor que aun llega a su corazón. Su vida no es muy compleja, estudia lo necesario para poder ser alguien independiente teniendo mayoría de edad a pesar que las clases aún no comienzan. Sus padres no son de juzgar pero le exigen lo suficiente por ser la regalona de ambos.

Cada vez que mira el cielo están esas luces que la iluminan por dentro y la llevan a su mundo de fantasía, que guidada por colores y música se entrega a imaginar. Es alegre e inocente a veces, cada vez que va a su cama a dormir se refugia en las frías sábanas que tiene desde que era pequeña. Cuando logra cerrar sus ojos entra en un profundo sueño, donde se da cuenta que al frente de ella hay una luz que la atrae, camina con seguridad y pasa por una cortina de colores que le erizan la piel al tocarla, seguido de eso se fija que hay una bola disco en lo alto del cielo, sujetada por una estrella por que no hay techo, solo se ve una azulada noche, la música le inunda sus oídos y se da cuenta que están tocando Take on me de A- Ha, un subidón en su cuerpo hace que se entregue a la pista y se posa debajo de la bola disco que la hace brillar igual que las luces que aparecen en el cielo de su techo. Se siente tan real su sueño que se olvida que puede despertar en cualquier momento, terminando de bailar una de sus tantas canciones preferidas comienza Girls just to want a have fun de Cyndi Lauper, se imagina ser Cyndi y se da cuenta que tiene el mismo atuendo que ella, baila y baila sin parar con el contraste de las luces. De pronto, aparece un chico que está sentado en una banca al frente de ella observándola con mucho gusto, ella se percata de él, siente sus ojos que la miran, ella lo ignora y no para de bailar, cuando siente una cálida mano que roza su hombro, se da vuelta y ve al chico de un metro ochenta, ella es menuda de apenas un metro sesenta. No se dicen ninguna palabra solo comienzan a bailar Take my breath away, sus ojos conectan y presiente que este chico es el que siempre se imagina. Él pone sus dos manos en la cintura de ella, y ella rodea su cuello, haciendo movimientos lentos se siente la conexión, él chico le dice algo al oído que ella no logra entender, como si no se dejará escuchar, intenta descifrar sus palabras pero no puede. Es muy guapo, linda sonrisa, de pelo delicado suave y delgado, su color de piel es casi dorada por el sol, sus labios bien formados y gruesos hacen querer besarlos cuando habla o sonríe, sus ojos son color marrón, pero que cambian con el sol, dientes perfectos y nariz perfilada, no es musculoso pero tampoco delgado, para ella tiene lo justo y necesario.

Cuando acaba la última canción ella no quiere que el momento se acabe, lo abraza y él se posa en su cabello, pareciera que se conocen de hace mucho tiempo. Pero cuando consigue refugiarse en él, despierta de un salto, mira a su alrededor y su tiempo en aquel sueño ya había acabado, con su almohada en la cara saca un grito de desesperación y vuelve a su rutina mañanera, solo que se da cuenta que es el primer día de clases para ella. Tomando su desayuno habitual se encamina a clases que no está tan lejos de casa a pie, llegando a la entrada de su primera clase, se da cuenta que en una de las filas de su sala está el chico con el que soñó aquella noche, se ruboriza, piensa que este es otro sueño dentro de otro sueño, se pellizca y nota que no despierta y toma asiento lejos de él. Mira disimuladamente para ver si es real aquel chico que vio en su sueño, y no con mucha felicidad confirma su existencia, él chico no tiene ningún gesto más que de disgusto por estar ahí, acaparando toda la atención se fija en la chica que soñó con él pero no dura más de dos segundos y vuelve la mirada al profesor que ya estaba en la sala para comenzar la clase. Con el corazón helado la chica se siente fatal, más que nada porque aquel chico de su sueño era real y no la miro con los ojos que ella conoció bajo la bola disco.

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