No me nace hacia ti el hecho de compartir lo efímero que resulta un orgasmo, que aunque pueda llevarnos a la gloria no deja de ser solo un momento. No eres para mí carne y deseo, ni una comparativa que pueda hacer con otra mujer ni alguien a quien tenga que cortarle las alas por el miedo a que crezca más que yo. Aprendí a amarte más allá de todo eso, más allá de todas tus limitantes y de las mías propias. Contigo me ha nacido la certeza cuando te veo. Por ti me descubrí un corazón que late, una sangre que por el solo hecho de sentirte corre con más fuerza, contigo desperté un día deseoso de ilusiones y de pensamientos en donde habitas en demasía. Me confieso amante de ti en cada uno de tus detalles que aun sin que pudieran ser para mí, me encantan. Quiero besarte hasta que se me quemen los labios y seguirte amando de esta manera que me resulta propia y conocida: Demencialmente.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS