Ayer tuve un hermoso sueño, no dejo de pensar en ello, casi no despierto, me sentí completo y encantado dando gracias a Dios y a la vida por estar ahí y poder disfrutar de su compañía.

Sentí que era mágico para ambos y que todo fluía, por tal motivo no quería abrir los ojos

Me diste tranquilidad y me llevaste en calma hasta la puerta y te despediste de mí, sentía que te vería de nuevo como en nuestra primera cita

Dónde estás, no sé qué sucedió.

Será que solo desperté?

Ese es el sabor de la vida, recuerdo te lo explique, un sabor a chocolate, una mezcla entre café y cacao, amargo al paladar pero adictivo, el cual hay que saber saborear

Pero si alguna vez regresas y no estoy, siendo sincero te puedo confesar que solo en ese sueño fui feliz.

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