Aprendiendo sobre la vida.Cap 3

Aprendiendo sobre la vida.Cap 3

R. Angel

20/03/2020

ILUSIÓN

Aquellas mañanas de otoño, tan desoladas y tristes empezaron a tomar un color distinto. Despertarme con una sonrisa empezaba a ser rutinario, después del desayuno y una ducha mi día comenzaba con un solo pensamiento, poder verla.

El camino hacia el trabajo me parecía cada vez más lejano, tal vez era por los kilómetros de distancia que me separaban de mi hogar a dicho lugar, o por la necesidad de tener contacto con esa persona.

Caminaba desesperadamente, podía sentir como el sudor recorría cada rincón de mi cuerpo, mi respiración y pulso cada vez eran más acelerados. Al llegar podía notar en mi reloj que había llegado a tiempo, me senté por unos segundos, tratando de recuperar el aliento.

8:40 am, como todos los días, la puerta sonó. Me levanté lo más rápido que pude, corrí casi a la puerta, me observe de reojo en un espejo para contemplar mi aspecto, rápidamente medio termine de peinarme y abrí.

Y frente a mi, la mujer más hermosa en toda la extensión de la palabra. Labios color fuego, ojos azules como el cielo, piel reluciente. Vestía elegante, cualquiera que se topara con ella terminaba conteniendo el aliento. Esbozó una sonrisa de alivio.

– Pensé que no iba a encontrarle. Comentó.

– Llego temprano todos los días señorita. Contesté.

Lo sé, gracias por hacerlo, no me gusta trabajar sola. Mencionó.

– No lo hará nunca, al menos no mientras siga yo aquí. Contesté. Ambos sonreímos y caminamos sobre el pasillo mientras intercambiamos ideas. Ese día era especial de algún modo, no era normal que nuestra química fuese tan fuerte, algo había en el ambiente que conspiraba hacia nosotros.

Los temas fueron diversos, desde fútbol hasta tenis, de literatura hasta pintura. No nos cansamos de lo único que nos hace humanos, platicar, razonar e intercambiar ideas. Observé el reloj, este marcaba las 17:00 en punto. Era el momento más difícil del dia, era hora de despedirnos.

– Al fin, ya es hora de salir. Mencionó con una sonrisa.

– Lamentablemente tiene toda la razón. Comente cabizbajo. Ella se acerco a mi y le dijo con voz suave. – Porque dices eso?. Parecía sorprendida por mi respuesta.

– Porque… No supe responder. Mis manos empezaban a sudar, mis articulaciones a moverse súbitamente. No podía embonar una frase que, pudiera salvarme del embrollo al cual estaba metido.

– Porque es la hora de irme. Respondí con dificultad.

– ¿Estas bien?. Preguntó. Ese par de palabras me golpearon tan fuerte como un puño acariciando mi mejilla.

– Si. Contesté con una sonrisa.

– Porque no habría de estarlo, si tuve una hermosa compañía. Mencioné mientras le acariciaba el cabello. Ella, solo movió sus mejillas coloradas hacia las mías, ese movimiento me tomó por sorpresa, cuando rozaron lo único que mi cuerpo hizo fue seguir rígido. Me dio un beso y rápidamente me dio la espalda, caminó hacia la puerta. Giró el picaporte y antes de salir de la sala, se limitó a decir

– te veo mañana, mientras sus labios color fuego se movían para dar pie a una gran sonrisa. Al alejarse lo único que se me vino a la mente fue

– Así será.

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