Oficina Federal de Investigaciones

Unidad de Análisis de Conducta

Señorita Clarice M. Starling

De mi mayor aprecio:

Querida Clarice desde alguna de mis ventanas, esta noche, volví a ver a Orión apenas sobre el horizonte brillando muy cerca de Júpiter. Me pregunto si alguna de aquellas lejanas estrellas habrá guiado sus pasos a derroteros cercanos a los míos. Por supuesto, no debe usted tomarse demasiado en serio esta metáfora. Creo que sería bastante difícil que pudiéramos compartir ciertos suculentos placeres regados con un buen Chianti Classico Galo Nero.

Ha pasado mucho tiempo, por cierto, pero aun así no he dejado de pensar en usted ni en los lamentos nocturnos de sus corderos. ¿Lo ha podido superar? Sinceramente espero que sí.

Por mi parte, luego de una estadía muy provechosa en el Caribe (donde he cenado a un mutuo conocido), decidí pasar una temporada en Europa. Sabrá usted disculpar que no le dé la locación exacta, pero mucho me temo que su vocación policíaca prime sobre nuestro mutuo afecto.

Clarice, tal parece que desde que Jack Crawford no es su jefe, sus muchas virtudes no son apreciadas en su justa medida. En alguna forma me siento responsable de su situación actual. Tal vez pueda ayudarla con alguna pista que oriente la pesquisa para saber porque desapareció Jack sin dejar ningún rastro. Quizá sirva ubicar la escena del crimen. O recuperar algunas prendas. Porque encontrar el cuerpo no les va a ser posible.

En caso que le interese mi propuesta le sugiero que escriba un aviso en los diarios de mayor circulación europeos con la siguiente leyenda:

“Querido tío: me gustaría recobrar los recuerdos que se puedan del tío Jack. Tu sobrina Clarice.”

Entonces, yo sabré como guiar sus pasos para que nuestras estrellas coincidan.

Suyo, con deleite: H a n n i b a l

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