Gardenias en invierno
Me duele el aire, las flores y la vida;
las mañanas y las suaves margaritas,
los abrazos de otras bellas señoritas
y las gardenias con jardines sin salida.
Me duele respirar, plantar y transitar;
el ruido de los coches, la pequeña ciudad,
el peligro en otras pieles, su fría soledad
y su luz hiriente cada día al despertar.
Me duele, ver en la luz rosas sombrías,
ver los sueños y las pesadillas de amar,
ver la muerte apetente que yo abriría…
Me duele, ser la copa y no poder brindar,
ser el dueño y el testaferro de mi alegría,
ser la suerte que se viste al caminar…
Me duele, y algún día, ya nada dolerá.
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