Tu efecto en mí

El génesis de nuestro querer se resume en: «No se trata de la caída, sino del viaje». Intenté hacerme amigo del amor, para no dañar tu utopía; intenté hacerte reír cada vez que podía, para no extinguir la llama que te caracteriza. Créeme lo intenté, mis errores pasaron de ser cazados a cazadores. Tú eres cuchillo, yo herida. Con el pasar del tiempo te rodeaste de sal, y sin pestañear, lo introduje en mi corazón,¿ viste?, adiviné tu jugada. Yo fui el problema y recibí la pólvora con la mirada atrevida que me caracteriza, solo queda esta bala marcada con tus huellas y mi sangre decorando el arte que tanto te esmeraste en pincelar.

No agacharé la cabeza, no correré de tus mentira pasadas, es mi destino. Ahora, llevas una mejor vida que ayer, nuestra conexión no fue tan desastrosa. Mis palabras llegaron más allá que mis propias caricias. Solías decir: » Escribes poco, pero cuando quieres, eso te hace talentoso» y sin importar los lastres que he presenciado, tus palabras han sido cocaína para este cocainómano.

Una noche te haré el amor como nadie nunca te lo va hacer. No es egoísmo si no te busco. Sucederá, de pura casualidad, por amor, por magia, por esencia innata, por la lucha de demonios huyendo, por aquel trago de pasión que nunca bebimos. Quizá la noche se asome, y tengas que huir de este cariño, que es mío pero por derecho tuyo, lo entenderé. Te conocí entre libros, entre letras que nunca había consumido, nunca había tartamudeado ante una personalidad e hiciste mis miedos reales. Me hiciste humano. «Nunca se olvida como las personas te hacen sentir».