¿QUÉ HACEN AFUERA?

¿QUÉ HACEN AFUERA?

Alejandra Melnik

20/11/2017

A pesar de los sonidos internos que siempre me acompañan, puedo escuchar gritar a los de afuera.

Con alegría, con esperanza, vaya a saber que pueden esperar, seguramente alguien que nunca llegará. He perdido junto con muchas cosas materiales y espirituales la conciencia del tiempo. La conciencia del tiempo, no sé si podrán saber que les quiero decir. En realidad, desde que me trajeron hice esfuerzos gigantescos por saber en qué día y hora vivo, pero no pude lograrlo, solo los primeros días. A esta altura uno pierde todo. Solo nos quedan los gritos, los llantos y los recuerdos. Nos abrazamos a ellos tan fuerte que ni siquiera los golpes pueden alejarlos.

El puente que nos conecta con el afuera son los cánticos que podemos escuchar. -VAMOS ARGENTINA. VAMOS ARGENTINA. Quiero confesarles, que en un principio pensé que gritaban por nosotros, pero en un momento descubrí que el afuera y el aquí, se unían para festejar lo mismo. Pude escuchar un partido de futbol y sentir los mismos gritos de alegría por un gol de Argentina. Les aclaro que ese sentimiento, no era nuestro, sino de ellos, pero nos beneficiaba porque mientras festejaran los goles, nosotros estaríamos libres por un instante de torturas.

Hoy debe ser un día muy especial, porque la algarabía es enorme. Penetra las paredes y me lastima.

No se cuanto más permaneceré aferrada a mis recuerdos. Trato de descifrar los cantos de los de afuera, pero las palabras pierden su significado. Trato de escuchar el adentro, y por unas horas nadie nos viene a buscar para lastimarnos con preguntas que corren como electricidad por nuestro cuerpo.

Escucho llorar a mi compañera de al lado. Llora mucho. Trato de consolarla con una caricia, porque aquí las palabras están prohibidas. Pero ella me mira y me pregunta – ¿Qué hacen afuera? Yo me quedo callada, no me animo a contestarle. Las palabras están prohibidas

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