- Cierro los ojos, hay heridas que me duelen,
- ternura y nostalgia, tengo a su silencio inarmónico envolviéndome.
- La fría noche calla con susurros de arroyos,
- abismo serpenteando, no está, lo sé de antemano.
- Tengo el cuerpo como un otoño en penitencia,
- huyen del sol y fingen alegres las flores.
- Apatía y jazmines, sudores fríos, silencios.
- Siento un ruido e intento adivinar…
- respiro con profundidad, hay secretos sin rumbo.
- Hojas secas caen, corro hacia el fondo.
- Solitario como el océano, recupera su camino mientras avanza la ausencia.
- Recordando los errores, bailan los pensamientos,
- me pongo a menear dando giros violentos.
- Tormenta sedienta, pasmoso querer,
- despedidas al fin, no hay mucho que pueda hacer.
- Veo fuego en el monte.
- Mera imprudencia al despertar, recién lo vi llegar,
- yo estoy aquí, no quiero guerras.
- Insolente y atrevido, reverdece en mi mirada .
Te digo más, lo dejé pasar.
Desecha del dolor quiero pronunciar, tengo sed también temor, él sigue como una ausencia.
- Ahora no hay ruidos, de la nada contemplo la calle tranquilizadora, mirando hacia la ventana, y quieta con las manos enlazadas vi el día luminoso, me sentí una arena de playa.
- Tentaciones que se derraman, te aplaudo la hazaña, continua el calor humano, las sombras acompañan.
- Tuve una revelación, él como siempre se marcha, espere con paciencia, mientras se iba el otoño él temblaba de frío.
- Beso ausente, nuestros reflejos hablaron bajito.
- Censura y libertad, cualquiera necesitaría paz.
Tamara Soledad Cuello.
OPINIONES Y COMENTARIOS