Como una trágica decisión de quien se hunde en sus conflictos internos
sin mirar un segundo al lado, sin descubrir que el vaso ha estado siempre lleno
y quien pierde es el que lo mira desde lejos buscando una razón al desconcierto,
pasando horas y días en la confusa asimilación de que no hay neutrales hechos.
No evité sentirme frágil, doliente, miserablemente sosegada
busqué la satisfacción queriendo escapar y me encontré a mi misma
implorando por la calma, sacudiendo el rostro y durmiendo el sueño eterno;
el deseo llegó sin avisar, cuando la sanación estuvo en su punto más alto.
Cuánto se reprime el dolor en algunos ¿o será que no existe?
Cuánto placer se vuelca como recompensa de una culpa inexistente;
seguir el camino de lo vacuo e inestable, olvidar lo compasivo,
seguir el camino de lo doloroso e insoportable, que aún así se aguanta.
Ya no quedan indicios de alguna exoneración ni pedazos de tiempo,
todo lo sido fue y seguirá siendo una experiencia más de la cual pensar,
contra todo pronóstico hoy camino segura y sin sudor,
me dispongo a asumir las derrotas y abrazar las memorias.
OPINIONES Y COMENTARIOS