No me gusta el dinero. Que todo pueda comprarse o venderse. La gente que mataría a su propia madre por tener más. La ambición desmedida. El egoísmo. La distracción de las cosas que realmente valen la pena. Las desigualdades sociales. Dejar de vivir sólo por enriquecerse…

Por todo ello, señores del jurado, como buen político, amante de mi pueblo, me llevé todo ese dinero. Les evité la tentación, les ayudé a centrarse en las cosas que realmente valen la pena…

Así pues, les pido que me absuelvan, dado mi esfuerzo. No es fácil gastar tantos millones en tan poco tiempo.

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