Y las aprisionamos, limitándilas con palabras, para poder transmitirlas a los demás.

Aunque la realidad es que se expresan con una sonrisa, un gesto brusco, un llanto inconsolable.

Son traicioneras, salen a flote cuando menos lo esperas; volubles, cambiantes, temperamentales.

Hoy dije tantas cosas y de verdad las sentía, mañana se transforman en otro sentimiento; así que no te asombres si una vez te pedí que no te fueras porque eras lo más importante, y fue mi corazón que en ese momento habló; a quien ignoraste y tuviste en menos; ese momento que pareció tan auténtico, tan real, infinito; un amor imposible de olvidar así por así; no te asombres si un día regresas a buscarlo dónde lo dejaste, extrañándole porque no encontraste otro igual; no te asombres si en lugar de ese mar de emociones no encuentras absolutamente nada, porque ellas también se transforman en indiferencia cuando no son alimentadas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS