Quisiera dejar de escribir

En innumerables ocasiones he sido abordado con la misma pregunta, ¿Porque escribes?. A finales de mi juventud e inicios de mi adultez respondía con la timidez correspondiente a mi edad, «para que me lean» que erróneo estaba, ahora que ha pasado el tiempo aun sigo diciendo para que me lean, pero ahondo mas en el tema, inicie a escribir porque buscaba la libertad, porque estaba cansado de cargar las inseguridades y gritos que de mi alma sobresalen, y porque vi el club de los poetas muertos, aquella donde robin williams hace un llamado a la humanidad a aceptar la poesía como parte de nuestras vidas, allí se baso en lo que yo quería ser.

Escritor, era ese sueño imposible que desde pequeño se dibujo en mi cabeza, claro lo he ocultado siempre y mis manifestaciones artísticas son opacadas por la incertidumbre y mi constante silencio, y es que es cierto, muchas veces, la mayoría de personas que escriben tarde o temprano termina por odiar la escritura, o sencillamente deciden hacer lo que yo hago, dejarlo por largas temporadas, desaparecer de la vista de nuestros lectores, siendo un poco cobardes o muy valientes para hacerlo, obviamente uno sabe que no puede culpar a nadie, ni a lo complejo que es escribir, pues es difícil unir unas cuantas palabras que tengan sentido y que estas evoquen sentimientos, recuerdos, acciones o pensamientos, por obvias razones a veces culpo a la inspiración, a veces por ser casi inexistente y otras por ser inconmensurable, pues la inspiración aparece en cualquier momento del día, si escuchamos bien, encontramos la inspiración en el viento, en las historias por escuchar, pero culpo este odio a algo que incluso es ajeno a mi persona

Recuerdo mis primeros intentos para crear algo que tuviera un resquicio de valor para las personas, recuerdo lo que pensaba y lo que sucedía a mi alrededor, en esos momentos de mi vida no tenia la habilidad de la palabra y tampoco era conocido como la persona mas simpática ni mucho menos atractiva que hay en el mundo, simplemente he sido yo, una persona común y corriente; dijo una amiga de una amiga, «él no es la persona que llama la atención, si tu lo ves entrar a una discoteca solo ves a alguien mas no ves algo diferente» así pues he sido toda mi vida, y antes era peor, el solo hecho de hablarle a una mujer era la prueba mas difícil que se me podía poner, me sudaban las manos tartamudeaba y decía solo bobadas, entonces no, no tuve novia, amigas ni algo que contar cuando era joven, solo tenía pequeños sueños, los mismas que me destruyeron y me expusieron al mundo como un mago de sentimientos.

Empece a llenar cuadernos con mis letras, y a escribir en cualquier parte, en pequeños papeles, detrás de los cuadernos, en notas Post-it, escribía historias, frases, poemas o pensamientos que nacían de la nada, algunas veces las regalaba y otras veces sencillamente eran coleccionadas, al cabo de tres años alcance a llenar dos cuadernos, lo hice con mas de mil doscientos escritos y poemas, y 7 cuentos, por cosas personales no las había compartido con alguien, y después de mucho pensarlo lo hice, seleccione a veinte personas, las que creí, me iban a apoyar en mi aventura. El criterio de selección se basó en la historia vivida con cada na de ellas y de como de igual manera funciono de inspiración para algún destello artístico. Tome mi cuaderno principal, y saque veinte copias con todo su contenido, con lo bueno y lo malo, con los comentarios que me habían hecho, deje que cada una de esas personas entrara a mi mundo, la finalidad era clara, solo quería que me leyeran, que me dieran su punto de vista y que cada uno seleccionara que escritos posiblemente podrían aparecer en un libro. Después de sacar las copias empezó la ardua tarea de contactar a las personas, de concretar citas, de concretar salidas o incluso de confirmar un paquete en portería, visite a las 20 personas y hable con cada una de ellas, por supuesto de primera mano todas aceptaron la misión, y yo con entusiasmo establecí un plazo de entrega de dos meses.

Deje pasar los meses sin mucha ansiedad, y con el acercarse la fecha me fui organizando para pedir la tarea encomendada, soy fiel creyente que una buena instrucción solo se debe dar una sola vez y dejar si la persona cumple o no cumple con su palabra, así mismo conoceré el valor de la misma, poco después, recibí el primer paquete, tenia una seria de sugerencias y selecciones que devore casi de inmediato, un poco entusiasmado fui a pedir el resto de paquetes, pero me encontré solo con excusas, todas las personas que me habían incitado a la escritura, que me habían apoyado para crear un texto por mínimo que fuera, habían ignorado mis letras, algunas ni siquiera habían leído una linea y otras ni sabían donde habían dejado el paquete, y bueno cuatro meses después de iniciada la labor termine solo con cinco de los 20 paquetes, muy decepcionado y agradecido me aleje de las personas de manera literaria, creí que escribía mal y que no era bueno para ello, pero no era así, de hecho era de los mejores, pero las personas aun no querían leerme.

Deje de buscar alguna explicación coherente al tema y decidi centrarme en los 5 paquetes, fueron de mucha ayuda y de hecho he sacado una coleccion unica que solo esas 5 personas leeran, de resto esperaran una nueva oportunidad donde se ganen mi confianza y se ganen mis letras, pues cuando tienes personas que te apoyan en la escritura y no te leen, no vale la pena dejarles ver tus proyctos, al final de cuentas dejare de escribir, pero para aquellos que son ciegos de mente, porque seguire ecribiendo en mis entrañas, en mi silencio, en mi anonimato.

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