Ese amor la mataba lentamente.
Cada suspiro al cielo era sinonimo de una nolstalgia dentro de su alma que lejos del sosiego, resongaba a causa de su soledad.
Un dia lo vio y lejos de la cordura: Lo hablo.
No recordo como pero lo hablo sin que voz se quebrara y aunque sus palabras divagaron, no olvido su rostro resplandeciente que la miraba con tal rechazo y ternura.
Hasta que dijo: Hoy no.
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