Llegué a la mitad de tu aventura, palabras idas ya yacían
no me quedé para el final, perecí en la aurora del tiempo
quisiera tanto poder conocer tu obra última, escuchar tus palabras
mas sólo me queda el silencio de un recuerdo pasado, un suspiro
la marejada me llevó lejos de tus memorias, ni sé si aparezco al menos
la congoja existe por la falta o la ausencia, por el desconocimiento
yo que tanto deseé leerte y profundizarte a través de tus versos
tantos días esperando que tus frutos salieran a la luz y hoy lo hacen,
hoy que no existo en ti y tú vives en mí como lección de vida
me entristezco por no poder abrazar tus letras, por no verlas
después de todo, en estos meses nunca olvidé esa parte
tan tuya, tan apasionante, tan observada por mi silencio
que es una incongruencia no poder llegar a ella y saciar esto,
no tengo más alternativa que asumir el desconcierto
que lo que un día pensé vería en un futuro, hoy ha muerto
mi dicha es ver que alcanzaste la meta, encontraste el final
mi pena es no estar ahí para presenciarlo.
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