Ven despacio, date prisa, llega a tiempo o llega tarde pero ven. Ven a mi mundo estabilizado reinado por el caos, ven a darle vida a mi vida, a darme momentos que me hagan no temer a la muerte. Enseñame a dormir, quítame el insomnio, llename de sueños y caricias con sabor a realidad, a promesas cumplidas aún no hechas. Aléjame del miedo, acercame a ti, a tu piel de lobo inofensivo, soy perfecta cazadora sin pretensión de enjaular. Persígueme en libertad, vuela a mi lado con los pies en el suelo y la mirada en las estrellas, en la luna. Esa luna que refleja la única verdad, la esencia, lo cierto y lo incierto de la belleza de la vida, la que mejor que nadie secretos sabe guardar. Acompáñame cada noche a visitarla, a bailar sobre su espalda, a ser cómplices de su oscuridad. Permíteme que te enseñe los tesoros de la vida y enséñame que tu eres lo que no tiene precio a pagar. El diamante más preciado encarnado, lo más valioso que el universo me pueda dar. Que yo te enseñaré a ser el más feliz sin nada en los bolsillos, porque yo seré tu única necesidad. Tu arma blanca para sobrevivir, para luchar para amar. Tu mejor recuedo y tu mi mejor suspiro cuando el mundo se vaya a acabar.

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