Perdónanos vida.

Y que somos sino un alma. Nunca fuimos cuerpo ni materia sino esencia. Pero nunca creímos en aquello que no pudimos ver, cuando lo único verdadero en la vida siempre fue lo intangible, lo invisible. Y decidimos apostar solo por lo que nuestras manos pueden tocar, mundo gobernado por la ambición mal enfocada, tiranía mal intencionada, por una sed de poder no controlada. Y nos olvidamos de que la vida no es un billete, ni un coche caro, ni todas esas cosas de valor incalculado. Nos olvidamos de que volvemos a la vida solo para aprender a ser humanos, a conquistar el cielo desde bajo, a acabar con las guerras y solo empezar aquellas que se luchen por amor. Nos olvidamos de tender la mano, de darle de comer al hambriento sólo por tener más en nuestro bolsillo pero menos en nuestros corazones. Se nos congeló el corazón al ver llorar a los demás, poniendo como excusa » yo, yo,yo, porque yo solo yo» y nos olvidamos de que somos «nosotros». El mundo existe para nosotros pero podría seguir existiendo sin ti, en cambio tú no existirías sin el mundo. No es que seamos insignificantes sino que somos unidad, conjunto, humanidad. Parece que todo fin está empezando, que la naturaleza se está acabando, somos nosotros que la estamos matando. Y mientras tanto seguimos dormidos andando, quejándonos de lo que estamos sembrando, diciéndonos » así es el ciclo de la vida» como si en nuestra mano no tuviéramos soluciones. No nos merecemos ésta vida, la vida no merece a nosotros.