A media noche se escribe
mejor, el silencio de la
noche no perturba las manos
de quien retrata con versos
lo que los ojos delatan,
y encuentra un cielo
en páginas nuevas, blancas.
A media noche, las ganas
mueren y el sabor se delata
entre las sombras, que abundan.
La luz, juega en recovecos
demostrando que es efímero
el deseo de ocultarse.
Yo, por mi parte, he decidido
hacer lo que más me gusta,
me refugio entre tus piernas
de papel, algunas veces más que otras.
Si de decidir se trata,
he escogido el camino difícil,
el de la compañía transitoria.
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