la chica del corazón azul.

la chica del corazón azul.

sam peraza

10/10/2017

La chica del corazón azul.

Su nombre puede llegar a ser un misterio de esos que parecen imposibles pero que, al mismo tiempo, es más sencillo de lo que cualquiera imaginaria.

Ella es, de ese tipo de personas que por su carisma, alegría, sencillez y bondad se ganan la confianza a pulso, ya que con su sola presencia es impresionante la confianza que brinda, es inigualable el amor que transmite, lamentablemente, no hablare de lo bonito que ella es, les hablare sobre todo lo que paso, nuestra pequeña historia, de música, pretextos, alegrías y un beso pendiente en el aire.

Mi historia con ella comienza años atrás, viéndola pasar por la calle como alguien, con la certeza de que no era alguien más,

Al pasar más tiempo viéndola, escuchando de ella y formando mis propias expectativas, logre saber mucho de ella, algunos gustos, algunos lugares que frecuentaba, música, instrumentos, fervor religioso, etc. Dándome paso a acercarme a ella, o al menos intentarlo, intentar conquistar a ese ser indomable y libre que era ella, la conozco formalmente, hablamos un par de minutos ella se retira, yo me doy la vuelta para ver si ella hace exactamente lo mismo, para mi sorpresa si, ella también estaba mirando, pasa el tiempo, una semana, un mes, un año y los encuentros solo eran más profundos, más emocionales en vez de más carnales, esa profundidad en las miradas, esa alegría inmensa al toparnos en la calle incluso ese cariño y afecto al verla sonreír y poder tomar su mano al mismo tiempo que la hacia reír. Con el paso del tiempo esto solo se fue magnificando, esto solo fue creciendo a una escala inconmensurable. Al grado en el que me enamore de ella, por completo, en definitiva y absolutamente, me enamore de ella. Con esto del enamoramiento, llegan demasiadas cosas que uno ni siquiera espera, llegan miedos, celos, temores, tristezas, cosas las cuales nadie te prepara cuando te hablan de amor, cosas a las cuales nadie está preparado a ninguna edad porque a pesar de ser el mismo sentimiento, la misma emoción o la misma persona, todo siempre suele reaccionar de maneras diferentes ante diferentes situaciones y circunstancias.

A sí que, al enamorarme de ella, me enamore de todo lo que conllevaba esta relación, aceptar que ya no era un yo, aceptar que ya éramos un nosotros, saber, que al igual que yo, ella tenía un pasado del cual no tenía idea si en algún momento lo querría compartir conmigo, aceptar sus miedos, magnificar sus virtudes y apoyarla en sus flaquezas.

Al enamorarme de ella, ella se fue enamorando de mí, así, como cuento de hadas en donde el príncipe y la princesa de ven y al instante se enamoran, solo que con la diferencia que en esta era la vida real.

– Pasa el tiempo, pasan los años, amistades nuevas, gustos nuevos, parejas nuevas, Frida y Diego siguen queriéndose, piensan uno en el otro, ambiciones diferentes, el mismo corazón, un solo rumbo en caminos totalmente distintos.-

Como explicación a este último párrafo, ella me llamaba diego, y yo solo por darle un apodo tierno y “romántico” ella era mi Frida, así como la icónica pareja mexicana, ella y yo, nos distanciamos, como lo dice el último párrafo, ella conoce nuevas personas, yo igual, nuevos amores, nuevas metas, nuevos logros, pero sin lugar a duda de mi parte, la quiero, la sigo queriendo, extraño mucho nuestros encuentros que más que personales eran emocionales, esas tardes en las que una charla era más que suficiente, cosas que se extrañan de una persona inigualable, una Frida como ella, ella, siguió con su vida, termino sus estudios, ahora tiene una muy buena vida, cómoda, alegre, en pareja y familia como ella siempre quiso, sin dejar a un lado que sus metas y ambiciones se están cumpliendo poco a poco, a su propio ritmo, ritmo que la llevara lejos, ritmo que la hará la mujer más increíble del mundo ante los ojos adecuados.

Si, seguimos en contacto, en ocasiones me escribe y gustoso de hablar con ella, le contesto de la misma manera atenta y amable con la que ella me escribe, recordamos un par de cosas, ella me sigue llamando diego, y para mi ella será Frida para siempre, aun y después de tanos años nos seguimos debiendo un café, seguimos esperando a que los planetas se alineen para poder encontrarnos una tarde, hablar, ponernos al corriente y sin lugar a duda disfrutar de una grata compañía.

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