Ciertamente un día ella creyó tenerlo todo, Pero algo falto y era amor.

El amor único que faltaba para completarla según ella.

Aquel que tocaba su esencia y le daba sentido a su vida, completando una parte de su ser.

Tan genuino aún mejor todo era mágico, y así fue descubriendo cada día algo distinto, irreal pero completo.

Temerosa, a veces sentía que sé quedaba sin aliento, porque solo una brisa suave, que deslizaba por su rostro mesclada de perfume, hierbas, distintos tipos aromas.

De cierto era algo mágico, único, iba desarrollándose lentamente como una semilla que se asienta primero, para poder arraigarse y luego comenzar su destino, firme y lento.

Así comenzó a engendrar luz, calidez y poder experimentar esa bella forma de la transformación de como su voluptuoso cuerpo iba a mutar.

A veces sentía que sé quedaba sin aliento, porque solo una brisa suave, que deslizaba por su rostro.

Mesclada de perfumes, hierbas, distintos tipos aromas.

Pasando varias etapas, de sabores, evoluciones físicas e emocionales, Conectándose de alguna forma.

Algo nuevo llegaba a cambiarlo todo y nada. Con la suave música de su voz, llamado llanto.

Diciendo hola acá estoy, donde está la que me cultivo. ¿Dónde está? Preguntó; mi escudo firme, cálido, seguro. Aquel que te proveía y prevenía de todo.

Ahora sé que estoy seguro porque me siento cobijado. Algo fresco, perfumado, débil, puro.

Algo que te hacía sentir el alma, te pertenecía y no. Aquello que parecía frágil y se deslizaba entre las manos, luego encontraba su posición en tu pecho.

Pareciese detener ese mundo, por unos segundos donde cerrabas tus ojos, tu piel con su piel conectándose sin nada que decir.

Las palabras estaban de más, solo los sentidos se hacían presentes.Ciertamente un día ella creyó tenerlo todo, Pero algo falto y era amor.

El amor único que faltaba para completarla según ella.

Aquel que tocaba su esencia y le daba sentido a su vida, completando una parte de su ser.

Tan genuino aún mejor todo era mágico, y así fue descubriendo cada día algo distinto, irreal pero completo.

Temerosa, a veces sentía que sé quedaba sin aliento, porque solo una brisa suave, que deslizaba por su rostro mesclada de perfume, hierbas, distintos tipos aromas.

De cierto era algo mágico, único, iba desarrollándose lentamente como una semilla que se asienta primero, para poder arraigarse y luego comenzar su destino, firme y lento.

Así comenzó a engendrar luz, calidez y poder experimentar esa bella forma de la transformación de como su voluptuoso cuerpo iba a mutar.

A veces sentía que sé quedaba sin aliento, porque solo una brisa suave, que deslizaba por su rostro.

Mesclada de perfumes, hierbas, distintos tipos aromas.

Pasando varias etapas, de sabores, evoluciones físicas e emocionales, Conectándose de alguna forma.

Algo nuevo llegaba a cambiarlo todo y nada. Con la suave música de su voz, llamado llanto.

Diciendo hola acá estoy, donde está la que me cultivo. ¿Dónde está? Preguntó; mi escudo firme, cálido, seguro. Aquel que te proveía y prevenía de todo.

Ahora sé que estoy seguro porque me siento cobijado. Algo fresco, perfumado, débil, puro.

Algo que te hacía sentir el alma, te pertenecía y no. Aquello que parecía frágil y se deslizaba entre las manos, luego encontraba su posición en tu pecho.

Pareciese detener ese mundo, por unos segundos donde cerrabas tus ojos, tu piel con su piel conectándose sin nada que decir.

Las palabras estaban de más, solo los sentidos se hacían presentes. Será que aquello tan real, podía completar tan sublime Amor. Amor compartido no dividido, amor dulce amor.

Hoy estás conmigo, mañana te llevará el destino y harás tu camino. Trazaras tu vida de acuerdo, con lo que decidas.

Y estaré ahí, quizás no, pero sabré que la vida me dio un regalo muy valioso, invaluable.

Y guardaré tu perfume él de aquel día que nos conocimos, después de transitar nuestra mutación biológica.

Que bello transitar….

Te amo hijo/a

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