Todo nace y muere en una noche.
Lo que emerge ha de ahogarse,
Para no resucitarse.
Lo que tienta tener vida,
Decrece y desfallece el mismo día.
Luego me abunda
Un completo y perturbador silencio.
Hasta que logro sacar un verso,
Que reanime mis sentidos.
Toda luz se torna gris sombrío.
Y sé que ha llegado una idea y una ida.
Siempre ha sido mi única salida:
Conocer, habitar y alabar el despojo.
Aborrecer, evitar y rechazar todo abrojo.
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JULIETA IALLORENZI
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