La noche del primer beso

La noche del primer beso

Ernesto Clemenza

06/10/2017

Ella lo miró con sus labios tan listos como un par de volcanes trémulos, a punto de estallar. Ante tal hallazgo y sorprendido, aquel hombre no pudo mas que quedarse inmóvil y esperar lo inevitable. Toda aquella hecatombe devino en un beso tan explosivo como sublime, tan especial que esa noche la tierra se detuvo y mientras las estrellas contemplaban tal escena la luna se puso roja de envidia. Tan puro y tan violento que tanto tacto se paseaba entre lo divino y lo incorrecto, hasta el grado que decidieron detener la avalancha por la necesidad de aprobación… En un segundo la luz se quedó pasmada -acariciando sus mejillas y contemplando sus ojos profundos como estanques, le dijo- quiero hacer las cosas bien…- Ella, con un suspiro atorado en la garganta y con sus labios aún semi abiertos dejó rodar una lagrima por su mejilla, y esbozando una sonrisa se permitió recibir el beso mas sublime y honesto aún. -Besandole la frente- el se despidió y con una súplica al Dios del cielo se dio la media vuelta agradeciendo entre un suspiro el haber nacido y con ella coincidir.

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