La envoltura de la bestía
Cabello delgado como musgo viejo
Con poros que supuran oxígeno, agua y dióxido
Granitos llenos de grasa de ferviente color
Amarillo, amarillito esplendor.
Barba, como el pasto que se corta y crece
Orejas de cavernas oscuras, envueltas en ecos
Labios resecos, babosos como las orillas de los lagos
Nariz sol y luna con entusiasmo mucoso
Lunar negro, negrito pintón.
Ojera por la izquierda, ojera por la derecha
Y salpicón de gris y morado dolor
Pestañear tupido como amazonas
Y negras, negritas como un incendio pasado
Ojos cafés, agua congelada subterfugio de sueño
Venitas a pálpito de corazón.
Pupila agrandada por la cercanía a la luz
Inclinado a la izquierda como a sus pasiones
Envuelto en rigidez diabólica de un mostro
Que ha sido encerrado por el yo
Quiere salir, pero no hay nada para el ahí afuera.
Solo burlas y domadores de circo
Por ello aunque sacuda la jaula
La muerda y golpee, no la abre.
Aunque en días de suprema grandeza
Cuando el mostro cree que le han abierto
Sale a aniquilar todo a su paso
Pero, pero primero la jaula, la jaulita
Ella se mueve, tiembla y gruje con los mordiscos
¡Jamás saldrás animal, jamás saldrás grandes!
Primero la jaula, la jaulita.
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